La corrupción, según el diccionario, consiste en alterar la
naturaleza de una cosa para volverla mala. Nuevo es lo
contrario de lo de siempre. Sin embargo la NOJ, Nueva
Oficina Judicial (inauguración en Ceuta el próximo día 23)
no es nueva: es lo de siempre, el derroche de los fastos del
92, el “bajo cuerda” de los 40, los caciquismos de 1870, los
privi-legis (privatus legis) del Antiguo Régimen, y la falta
de derechos y la sumisión al señor feudal de los siervos de
la gleba. Lo de siempre.
Nuestra Administración se caracteriza por su actuar
impersonal (objetividad) y una finalidad que justifica su
existencia: el bien común (interés general). La NOJ trueca
estos principios, que funcionaron desde Napoleón, por la
subjetividad (nepotismo) y la búsqueda del interés personal,
retrotrayéndonos así doscientos años.
Se gestiona la Administración Pública como si de un
patrimonio familiar se tratase:
-Cuando lo que era verdad desde los romanos (prior in
tempore potior in iure: el primero que llega tiene
preferencia) se altera sin el más mínimo respeto al
escalafón y la antigüedad o a una nota brillante en la
oposición. Funcionarios con 20, 30 ó 40 años de servicio son
sorpresivamente adelantados por advenedizos y arribistas.
-O cuando a pesar de la crisis se gasta espléndidamente (más
de doscientos mil euros solo desde marzo pasado) en obras de
dudosa necesidad, incluida “señalética” (con perdón).
-Cuando las comisiones de servicio se utilizan abusivamente
como medio normal para cubrir plazas con “próximos”, pero no
hay inconveniente en despedir a dos funcionarias de
refuerzo, no por hacer mal su trabajo, no por haber agotado
su contrato, no porque el Juzgado Penal pase ahora a
denominarse UPAD Penal, no por economizar, sino, en román
paladino, por hallarse extramuros del redil. Se utiliza así
la gestión de personal como instrumento para tejer
relaciones clientelares.
-La NOJ altera la naturaleza de las cosas (corrupción)
cuando ignora que en los cuarteles los cabos NO enseñan a
los generales o que en los hospitales los celadores NO
enseñan a los médicos. Pero en Ceuta los miembros de un
Poder Judicial, independiente por definición, son convocados
para ser “informados” por los secretarios, quienes a su vez
han recibido cursos de formación impartidos por
administrativos, los cuales no tuvieron que mostrar su
curriculum a nadie puesto que fueron seleccionados en
función de criterios “opacos”. Como cuando el propio
organizador de los cursos se autoadjudica con desparpajo una
plaza como ponente.
-Mención especial merece la plaza de ordenanza de la
Audiencia con la que se inaugura la colectivización que
pretende la NOJ. Ejemplo vivo de lo que la doctrina llama
“voluntad desnuda” del gobernante, sit pro ratione voluntas,
(“porque lo digo yo”). Arbitrariedad en estado puro. Y la
misma actitud de desprecio puede predicarse de la Comisión
de Evaluación del CAP de la Escuela de Práctica Jurídica
para la que, indefectiblemente año tras año, a pesar de las
quejas elevadas, se sigue autodesignando la misma persona.
-La reubicación de funcionarios, así como el traslado de
sede de varios juzgados, o el “acoplamiento” de secretarios
por el cual el titular del juzgado A pasa al B y el del B al
C y éste al A, además de crear un enorme malestar es de una
evidente inutilidad: cambiarlo todo para que todo siga
igual.
Como afectado (los Secretarios somos la “piedra angular” de
la NOJ según el propio Ministerio), modestamente y con
absoluto respeto a las personas, creo que el proceso que se
conoce como NOJ se está realizando con prepotencia (abuso de
poder) y arrogancia (desprecio, despotismo, falta de
respeto). Un auténtico cambalache: Fraude de ley, abuso de
derecho, desviación de poder y la palabra maldita
“prevaricación” son utilizadas por estos lares con más
frecuencia de la deseable. Esta corrupción lleva a la otra:
El profesor D. Alejandro Nieto (60 años de conocimiento
profundo de la Administración) ha manifestado en diversas
ocasiones que el caos en la Justicia no es casual sino
intencionado y provocado precisamente por quien quiere que
no lo controlen los jueces.
“Si el abuso no es evitable ¿se sigue de ello que no hay que
regularlo al menos?” (Rousseau). O en palabras de J. Stuart
Mill: “El principio mismo del Gobierno representativo
descansa sobre la presunción de que los que poseen el poder
abusarán de él en provecho propio; (…) tal es la tendencia
natural de las cosas, tendencia que las instituciones
libres tienen por principal objeto regular”.
Las autoridades competentes en la materia deberían
intervenir para acabar con este estado de cosas
-Porque la ley del más fuerte es la ley de la selva;
-Porque la ley del más débil es el Derecho (Ferrajoli);
-Y porque de alegres y buenhumorados es no permitir que
triunfe Doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricta
conducta (en referencia a la corrupción).
*Secretario de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial
de Cádiz
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