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OPINIÓN - LUNES, 21 DE OCTUBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Sensaciones de desprecio
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Menos mal que se te ocurrió decir que Teófila Martínez pasaría su viernes de ocio en Ceuta si el tiempo y la autoridad competente no lo impedían. Es decir, que te aferraste a esa norma taurina que ha venido siempre impresa en los carteles de la llamada Fiesta Nacional. Lo cual me permite creer, conociéndote, que tu sentido del olfato te había hecho pensar que la alcaldesa de Cádiz podía darle plantón a Juan Vivas.

Quien así me habla es gaditano de Puerto Real y amigo desde que ambos éramos unos adolescentes que nos veíamos en todos los campos de fútbol de la provincia compitiendo con entusiasmo desmedido. Conque de vez en cuando me llama por teléfono.

Llevas razón, le dije. Pero no fueron mis pituitarias las que me hicieron husmear, como ese perro de caza cuyo olfato se acrecienta cuando la perdiz levanta el vuelo, que Teófila Martínez volvería a hacerle una higa invisible al alcalde de Ceuta. Sino debido a los antecedentes de una rubia –no sé si natural o de bote-, de mirada ojizarca –tampoco sé si usa lentillas de color azul-, de la que dicen que a medida que ha ido remozando Cádiz ha ido aumentando la canina entre su gente. Cuestión de mala suerte.

Me explico, amigo: no es la primera vez, ni será la última, que la alcaldesa de Cádiz deja de acudir a la cita que tenía con Vivas. Dejándolo compuesto y sin compañera brillante de partido obligada a loarlo de modo y manera que nuestro monterilla pudiera levitar ante sus incondicionales. Que, según he leído, cada vez son menos. Tal es así que no son capaces de llenar ni siquiera la sala de estar perteneciente a la sede de los populares.

-Bien, Manolo, me dice mi amigo portorrealeño, pero no me negarás que ‘La Teo’, como aquí se la conoce, ha enviado una comitiva en la cual figuraban tres pesos pesados de la política andaluza, como son José Lozaína, presidente de la diputación de Cádiz; Antonio Sanz, presidente del PP de Cádiz y el diputado nacional y alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce.

-Si tú lo dices… Pero a mí me parece que ninguno de los tres nombres que has mencionado es capaz de despertar el menor interés. A todos ellos les falta un hervor. Están lo que los andaluces solemos llamar sin cuajar. Incluso se les podría aplicar esa locución tan manida de no ser ni chicha ni limoná. De la que tanto echaba mano mi admirado Jaime Campmany.

De chicha y nabo me permito catalogar yo las declaraciones que hizo Landaluce para cumplir con el papel de adulador que tenía encomendado. Cómo es posible que un alcalde de Algeciras se expresara así: “Ojalá yo pudiera ser Vivas en Algeciras y demostrar su esfuerzo, su cariño, su oído, su compromiso y su eficacia en la gestión”. Como sea igual en su profesión como lo es en política, Dios me libre de caer en sus manos. En las de Landaluce.

Del presidente de la diputación de Cádiz, Lozaína, no diré una palabra. Pues vino de relleno entre figurantes. Así que espero, amigo de Puerto Real, que me pongas al tanto de qué va alguien que llegó también dispuesto a dorarle la píldora al superhombre descrito por Landaluce. En lo tocante a Sanz, sé lo que tú me has dicho en los principios de esta conversación: Tiene mala pata. Vamos, que es gafe. Así que no me extraña que nuestro alcalde, acompañado con semejantes palmeros, perdiera el compás de su discurso. En rigor: TM, aunque haya alegado lo que le apetezca, no arribó a Ceuta porque sabe lo que está ocurriendo en Melilla. Y quizá se dijo…: pu, puf, puaf. Sensaciones todas de desprecio.
 

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