Esto ya no es casual, tampoco son
casos aislados en unas cuantas pateras con una o dos docenas
de “sin papeles”, aquí estamos llegando mucho más lejos, a
algo que, a lo largo de la historia, se ha dado,
especialmente, en Europa.
Y ahora ha vuelto a tocar a Europa, que vista desde el
África Negra es el Edén, donde se vive bien y donde hay todo
lo que falta, en el corazón de África.
Y lo malo de todo esto es que no se puede hablar de
invasiones en sentido pacífico, especialmente, si hay
alguien que sale al paso o se resiste, además de que toda
invasión se aprovecha de las estructuras del lugar al que
llegan y van desplazando, poco a poco, a los de ese propio
lugar, para que se asienten en otros terrenos en los que,
con el tiempo, se vivirá peor.
Las invasiones de ahora van en sentido contrario de lo que
fueron las invasiones nórdicas que azotaron al Imperio en
decadencia, pero que se valieron de todo lo que el Imperio
había elaborado, estructuras, economía, vías de
comunicación, para que aquellos que llegaban de tierras
germánicas y territorios nórdicos encontraran su auténtico
lugar al sol, en unas tierras que ya lo tenían casi todo,
salvo fuerzas suficientes, por estar gastadas, para poder
haber frenado esas llegadas de la barbarie.
Ahora, estas invasiones parten del sur, de unas tierras que
no han sido capaces de hacer producir todo lo que ellos
debieran haber tenido, para poder dar de comer a toda su
población, y se encaminan a la Europa del bienestar, incluso
en esta época de crisis.
Son casi veinte años ya los que llevan estas gentes al
acecho. Primero en pequeños grupos, casi en solitario, más
tarde en grupos que iban tomando posiciones en lugares como
Canarias, Ceuta y Melilla, y ahora ya, aprovechando las
luchas internas de ciertas partes del norte de África, como
la Liba actual, par dar el salto, como sea, a Europa.
Las últimas semanas, sin embargo, han sido trágicas,
posiblemente porque, todavía, no disponen, ni ellos, ni sus
mafias, de unos barcos que den seguridad en largas
travesías.
El Estrecho, aunque peligroso, está más controlado, eso lo
saben ellos, que van buscando las vueltas para entrar,
esquivando las fuerzas de seguridad de Marruecos.
Afortunadamente, Marruecos se ha dado cuenta de que esa
amenaza, si sigue, no les iba a favorecer, en nada, a ellos
que, desde hace días, mantienen las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en “alerta máxima”, ante la más que
posible idea de que los subsaharianos vuelvan a intentar un
nuevo asalto.
Y esto sí que nos beneficia, eso que no lo dude nadie,
porque aquí, como en Italia, pongamos por caso, una vez
asentados en nuestras tierras, siempre saben recurrir a los
puntos débiles para hacerse ellos los fuertes e impedir que
se les devuelva a sus tierras.
Marruecos va por otra parte y ahí están esos 400 inmigrantes
que intentaban acceder a Ceuta y fueron repelidos por las
fuerzas marroquíes. De no ser por eso, aquí teníamos otro
medio millar de ellos y una vez aquí ..., ya veríamos.
Y que no es ningún juego de niños nos lo demuestra el hecho
de que en tan sólo dos días, Marruecos haya abortado veinte
operaciones de inmigración ilegal.
La situación, tal y como está hoy, tendrá que ser abordada
por toda Europa, con seriedad y no con esas “soluciones de
compromiso” que se han dado hasta ahora.
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