La partida presupuestaria
destinada al capítulo de “Corporación y altos cargos” es
verdaderamente insultante en esta época de crisis, cuando
conocemos lo que nos cuestan al pueblo nuestros políticos
locales, aquéllos que efectúan los “recortes” de sueldos,
los que deciden nuestros impuestos, los que “organizan”
nuestras vidas a nivel local. Ni más ni menos que una
sustanciosa cantidad de dinero: un millón seiscientos
ochenta mil cuatrocientos sesenta y tres euros (1.680.463
euros). Ahí es nada: un dineral donde va incluida toda la
Asamblea (Gobierno con todos sus cargos, y oposición). Un
capítulo muy importante con unas cuantías en las que los
sueldos son igualmente generosos.
La amortización de plazas de empleados públicos, no de
políticos, va a suponer un ahorro importante en los
Presupuestos para 2014 en relación a los de este ejercicio,
porque se rebajan en 33 los puestos, algo que no sucede con
los políticos que se mantienen todos. Ahora bien, a los
funcionarios y laborales, se les continúa congelando el
sueldo, se eliminan las ofertas de empleo, no se incluye la
Relación de Puestos de Trabajo en los Presupuestos, como
tampoco la reorganización del sector público, con lo que
igualmente se desconoce el nivel de ahorro económico que se
produce con esta nueva medida de austeridad vendida como
rentable.
En los actuales momentos de austeridad, cuando tanta gente
lo está pasando tan mal, cuando los niveles de pobreza son
cada vez más elevados, que nuestros políticos se lleven más
de un millón y medio de euros, ya está bien. La estructura
política es un monstruo de muchas cabezas cuyos sueldos no
demuestran un amor romántico a la política. No son los
parias del Presupuesto. La vida pública se paga muy bien.
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