La guerra civil en Siria está provocado el éxodo de miles de
refugiados, la mayoría ancianos, mujeres y niños. El
conflicto en Siria ha ido dejando una huella difícilmente
borrable en las mentes de quienes viven el horror en carne
propia, pero resulta particularmente duro para los más
pequeños. Así es como lo denuncia María Calivis, directora
regional de UNICEF para Oriente Medio y el Norte de África.
Para Calivis, la guerra podría estar dejando “duraderas” e
“invisibles” cicatrices en estos pequeños, unos cuatro
millones que se encuentran refugiados y expuestos
constantemente a la violencia, pérdida de seres queridos,
estrés o a la inestabilidad debido a los continuos
desplazamientos. Además, algunos de los padres aseguran que
sus hijos mojan la cama continuamente en las noches o tienen
pesadillas, además de que sus comportamientos son
“temerarios y agresivos”.
Es por esto, que UNICEF ha pedido ayuda para poder financiar
los campos de refugiados y las actividades que en ellos se
realizan con el fin de que los pequeños manejen “los temores
y la inseguridad” gracias al juego y al deporte, así como al
apoyo de maestros y consejeros.
También la organización Save the Children ha alertado sobre
esta situación afirmado que “la respuesta de ayuda a los
refugiados en Irak ya está siendo extrema y más de la mitad
de las personas son niños y niñas que han experimentado
situaciones por las que ningún niño debería pasar.
Necesitamos ayuda urgente para cubrir sus necesidades
básicas de alimento, agua y refugio”, han agregado.
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