Es lo que nos parece que sucederá
hoy, en todas las actividades de la Ciudad, especialmente en
lo comercial, tras un par de días en los que comprar en
Ceuta era casi un milagro.
Los perjuicios, dicen en voz baja muchos de los
comerciantes, han sido grandes y lo único que falta, ahora,
es que aparezca otra fiesta en medio de semana para que,
comercialmente, se haya perdido el otoño.
Lo hemos dicho, en los días pasados, y lo tenemos que
repetir ahora:” no se explica nadie que viva en pleno siglo
XXI que, en estos momentos, no se sepa cuando es una fiesta,
a qué hora y en qué minuto va a comenzar, o cuando será su
final”.
Y esto me extraña, considerablemente, y de una forma muy
especial cuando desde el Ayuntamiento se mira y remira todo
con gran minuciosidad y que hayan caído “como pardillos” en
esto no tiene una explicación posible para nadie.
¿Hubo intención de colarle un gol por la escuadra a Juan
Vivas, ahora que no está en sus momentos más fuertes?. Si
hubo eso, es que hay más de un ladino que haciéndose pasar
por amigo está tratando de darle una puñalada por la
espalda.
Digo que si existió esa intención, porque en el caso
contrario la rigurosidad de que hace gala el alcalde se le
ha ido por tierra, en dos instantes. Aquí está el dilema.
Y el dilema debería estar en que los servicios de la Ciudad
funcionen como es debido, a su tiempo y no al capricho o a
la conveniencia de alguien.
Ayer, sin ir más lejos, era, más que difícil, imposible
diría yo, comprar fruta en Ceuta o comprar pescado así como
otros muchos productos de primerísima necesidad, por cuanto
el mercado central, que de ordinario tiene una gran cantidad
de lo que debieran ser puestos cerrados, ayer cerrados
estaban todos.
En fechas como la de ayer, sería bueno entrar hasta el fondo
de lo que es el mercado central y de lo que debería ser, de
por qué no están asignados todos los puestos y de que hay
quienes, teniendo su propio puesto, en un día normal lo
tienen cerrado.
Hay muchas cosas que hacer, todavía, y la cabeza visible de
Ceuta, por sus muchos años en la administración local, y por
más de 12 años al frente del Ayuntamiento, ya podría haber
solucionado estos asuntos que preocupan, especialmente, en
fechas como la de ayer, a muchos habitantes de Ceuta.
Sea como sea, hoy, es de suponer, ya volverá la normalidad,
a los institutos, al mercado, a los comercios y a todo
aquello que hace que el día a día sea como lo viene siendo,
a diario.
Y ya que hemos tocado estos asuntos, no sólo hoy, sino
también días pasados, bueno sería que, a partir de ahora,
cuando se van acercando otro tipo de fiestas, todas ellas
religiosas, aunque estemos en un país laico, cosa que yo no
me termino de creer, digo que, a partir de ahora, intentemos
que, al menos, hasta finales de año, todo el entramado
comercial pueda prestar sus servicios, a los de aquí, y a
los muchos que nos visiten, de ahora en adelante,
especialmente, procedentes del otro lado de la frontera.
Ceuta, se decía meses atrás, quiere ser una ciudad turística
y de compras, pero mal se puede comprar si los
establecimientos están cerrados, por iniciativa propia o
porque se “fabrica” una fiesta espontáneamente, desde el
Ayuntamiento.
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