La festividad del Aid El Kebir o
Pascua del Sacrificio ha supuesto, como ya se preveía, un
auténtico fiasco para el comercio local, con una caída en
las ventas del 70%, unas repercusiones negativas en el
Polígono del Tarajal, en la frontera, en los colegios e
institutos, en las oficinas de los centros oficiales y, en
definitiva, en la actividad laboral. Son las consecuencias
de un desatino a la hora de fijar la festividad y que ha
supuesto en realidad dos días festivos: el marcado
erróneamente en el calendario y el siguiente que era el que
correspondía pero laborable. Un bagaje que hay que anotar en
el “debe” del Gobierno ceutí que no ha sabido, por segundo
año consecutivo, fijar con precisión la festividad de la
Pascua del Sacrificio de la Comunidad Musulmana.
Para los comerciantes, el martes resultó una gran
oportunidad perdida para atender a los clientes marroquíes
que se encontraron la mayoría de los comercios cerrados. Y
ayer Ceuta se convirtió, pese a no estar fijado como festivo
en el calendario en una verdadera “ciudad fantasma” De
hecho, los porcentajes no pueden ser más desalentadores: a
la caída de la actividad comercial cifrada en el 70%, se une
el 75% de absentismo escolar en los colegios públicos de
Infantil y Primaria, el 85% en los institutos, y el 18% en
los colegios concertados, como consecuencia directa de una
repercusión que ya se veía venir. Algo reparable pero que no
se subsanó.
Los comercios tuvieron una actividad “a medio gas”, como
indicamos en un reportaje que se publica en estas páginas en
una ciudad “fantasma”, donde hasta el servicio público de
taxis se encontraba muy mermado en sus efectivos y la
actividad escolar, como decimos, decayó bastante. Un
desastre por un despropósito político de consecuencias
económicas.
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