La AD Ceuta FC había comenzado la temporada alejando algunos
de los fantasmas del pasado año. Sin embargo, parece que no
todos se habían marchado por completo. Es el caso de las
actuaciones arbitrales que tanto daño hicieron la pasada
campaña al equipo que por aquel entonces dirigía Álvaro
Pérez. Con José Antonio Asián en el banquillo, y a excepción
de alguna jugada dudosa en concreto, todo parecía marchar
como era debido en cuanto al apartado arbitral.
Sin embargo, a Santiago Blanco solo le ha hecho falta un
partido para que el Ceuta vuelva a recordar sus peores
pesadillas. Fantasmas que vuelven a revolotear sobre la
presencia de un club que confía en que lo sucedido en Las
Cabezas de San Juan no se vuelva a convertir en el ‘pan
nuestro de cada día’.
Al colegiado onubense le bastó apenas quince minutos para
aclararle al Ceuta que iba a tener que luchar frente a algo
más que el Cabecense para puntuar en el Carlos Marchena.
Barullo en el área caballa y penalti a favor del cuadro
sevillano sin que los jugadores ceutíes sepan aún quién lo
cometió. Guti no falló desde los once metros y marcó el 1-0
con el que acabó la primera mitad. Tras el descanso, el
Ceuta rondó el empate, pero de nuevo Santiago Blanco
reapareció para situar la barrera caballa, en una falta en
la frontal del área, de tal modo que Terri tuviese todas las
facilidades del mundo para colar el balón por la escuadra.
El onubense no vio, sin embargo, dos claros penaltis en el
área del Cabecense en los últimos minutos, y el Ceuta se
marchó de tierras sevillanas con un 2-0 en contra y con la
sensación que ese partido no lo hubiese ganado jamás.
El Ceuta llegaba a esta importante cita con algo más que
tres puntos en juego. La mayoría de sus rivales directos
habían ganado sus respectivos partidos, por lo que los
ceutíes necesitaban mantener el ritmo de estos para seguir
afianzándose entre los cuatro primeros clasificados del
grupo. Pero delante tenía a un correoso Cabecense que no se
lo iba a poner nada fácil.
El conjunto sevillano, que tenía ante sí la posibilidad de
situarse en zona de liguilla, conseguía romper
constantemente el ritmo del partido con un juego directo en
el que también terminó cayendo el equipo de Asián. Algo que
le resultó más fácil con el marcador a favor, después de que
Santiago Blanco, a modo del más experimentado
prestidigitador, se sacase de la manga un penalti
inexistente en el área caballa que Guti no desaprovechó.
Con el 1-0 en el marcador, y sin apenas centro del campo
para ninguno de los dos equipos, el Ceuta necesitaba buscar
otros recursos con los que crear peligro sobre la portería
defendida por Iván. Recursos como las jugadas de estrategia,
que ya habían sacado de más de un apuro a los ceutíes con
anterioridad. Así, el primero en intentarlo de falta directa
fue Pepe Martínez, con un gran disparo que se estrelló en el
poste, mientras que poco antes del descanso fue Ángel García
el que lo intentó desde la frontal del área con un disparo
que tras tocar con la mano Iván fue repelido por el larguero
a saque de esquina.
El Ceuta regresó al terreno de juego en el segundo tiempo
dispuesto a anular cuanto antes el gol de ventaja de los
sevillanos. Algo que estuvo a punto de conseguir Ángel
García con un remate de cabeza, con el portero ya batido,
que se estrelló de nuevo en el larguero. La suerte le estaba
dando la espalda al Ceuta y el árbitro la mano al Cabecense.
Y es que, el onubense reapareció en el 77’ para distanciar
de tal forma la barrera del Ceuta en una falta a favor del
Cabecense que permitió a Terri marcar el 2-0.
Durante los últimos minutos del partido el Ceuta se volcó en
el ataque. Pero Santiago Blanco no quiso saber nada de dos
penaltis muy claros en el área sevillana, el primero por
manos y el segundo por un derribo evidente a Ismael ya en el
descuento, provocando que la indignación de los ceutíes
fuese máxima al término del partido.
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