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economía - LUNES, 14 DE OCTUBRE DE 2013


reunión de afectados. archivo.

inversiones
 

Jubilados y clientes de toda la vida, atrapados por las preferentes

Muchos ceutíes luchan por recuperar el dinero de su inversión en este producto financiero, que supone una media de pérdida aproximada de 150.000 euros
 

CEUTA
Antonio García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

En España han sido miles los pequeños ahorradores los que se han visto atrapados por los tremendos efectos negativos derivados de comercializar con las participaciones preferentes, un producto financiero que por su alto nivel de riesgo no era recomendable para ser adquirido por particulares, y Ceuta no ha sido ajena a este problema. Muchos de ellos convirtieron sus ahorros que tenían depositado a plazo fijo en una compra de preferentes, y según los responsables de un bufete de abogados de Ceuta, consultado por EL PUEBLO, el mayor problema estriba en que la mayoría de los clientes desconocían que las inversiones la hacían a perpetuidad.

Jubilados y clientes de toda la vida, ese era perfil elegido por algunos bancos y cajas de ahorros para colocar las participaciones preferentes, un producto financiero que por su alto nivel de riesgo no era recomendable para ser adquirido por particulares.

En España han sido miles los pequeños ahorradores los que se han visto atrapados por los tremendos efectos negativos derivados de su comercialización y Ceuta no ha sido ajena a este problema.

Son muchos los ahorradores ceutíes que en estos momentos están luchando por conseguir que la entidad que les colocó las preferentes le devuelva su dinero.

Según ha podido conocer este periódico de fuentes jurídicas, la cifra media perdida por los ahorradores de Ceuta se sitúa en los ciento cuarenta mil euros. Según estas fuentes, el tramo va desde los que han perdido dieciocho mil euros –esa es la cantidad mínima conocida- y los doscientos cincuenta mil. Toda una ruina para muchos hogares ceutíes, cuyos integrantes han comprobado como se han esfumado los ahorros de toda una vida.

Lo que en principio fue entendido como una inversión muy rentable, con el transcurrir del tiempo se ha convertido en una trampa mortal que ha desembocado en una pesadilla.

Tanto es así, que este diario ha podido conocer que en Ceuta son muchas las personas que invirtieron en estos productos que no sólo han perdido todo lo depositado, si no que han enfermado por causa de este problema

Para poder entender bien el asunto, lo mejor que se puede hacer es conocer que son las preferentes.

Si nos atenemos a la definición que facilita la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las participaciones son valores cuya rentabilidad es variable y no garantizada, por lo que constituyen instrumentos financieros complejos y de riesgo elevado.

Aunque con anterioridad al 2003, estos productos eran emitidos por filiales instrumentales radicadas en el extranjero, aunque a partir del año citado se comercializaron en el territorio español de forma masiva para captar fondos, en muchos casos entre simples ahorradores sin capacidad de discernir los riesgos financieros que llevaban asociados.

Estos productos no otorga derechos políticos al inversor, ofrece una rentabilidad que está supeditada a la obtención de beneficio por parte de la entidad y cuya duración es indefinida. Los inversores de tan complejo producto son los últimos en cobrar en caso de quiebra de la entidad, lo harían sólo antes que los accionistas.

Una de las entidades financieras que más comercializó este producto fue Caja Madrid, que posteriormente se convirtió en Bankia, Es aquí donde comienza lo ceutíes afectados por las preferente. Como es conocido, la antigua Caja Ceuta se convirtió, hace ya muchos años, en Caja Madrid, con lo que esta entidad contaba con muchos clientes que respondían al perfil descrito para se compradores de preferentes, Es decir, personas de avanzada edad y cliente de la entidad de toda la vida.

Muchos de ellos convirtieron sus ahorros que tenían depositado a plazo fijo en una compra de preferentes, y según los responsables de un bufete de abogados de Ceuta consultado por este periódico que lleva el caso de muchos afectados, el mayor problema estriba en que la mayoría de los clientes desconocían que las inversiones la hacían a perpetuidad.

Desde el bufete se informó que las pérdidas se sitúan, en la mayoría de los casos, en un noventa por ciento de lo invertido, prácticamente casi el total de lo depositado.

Volviendo al caso de Bankia y según un documento interno publicado en Expansión, este revela que el cuarenta y seis por ciento de las preferentes que vendieron las siete cajas que se fusionaran en Bankia, entre ella Caja Madrid, fueron a parar a personas de más de sesenta y cinco años.

Este producto, definido como deuda perpetua sin vencimiento, tenían atrapados en 2012 a más de ochenta mil mayores de sesenta y cinco años. De los que treinta y nueve mil quinientos ahorradores tenían, incluso, más de setenta y cinco. Muchos de ellos, ceutíes que habían confiando en la entidad de toda la vida y que ahora luchan por no perder los ahorros de toda una vida de sacrificios y trabajo.

Pero hay más, ya que según se ha publicado recientemente por agencias, Caja Madrid prometía a los potenciales compradores de preferentes en el año 2009 que podrían rescatar su inversión en un plazo máximo de siete días a precio de mercado, según se desprende de varios argumentarios distribuidos por la entidad a sus empleados con instrucciones para la venta de estas participaciones a sus clientes.

“Existirá un mercado secundario en la propia entidad dónde sus participaciones serán adquiridas en un plazo máximo de 7 días hábiles, a precio de mercado, el cual podrá ser mayor o menor del precio de adquisición”, indican los documentos que han sido aportados por la asociación ‘15MpaRato’ al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que investiga la venta fraudulenta de este producto.

¿Qué pasa si necesito mi dinero?

En ellos se incluyen respuestas a las distintas dudas que pudieran plantear los clientes. La precisión sobre el plazo máximo de siete días para la recuperación de la inversión figura como respuesta a la pregunta ‘Pero...¿qué pasa si necesito mi dinero?’.

Los argumentarios también incluye contestación a cuestiones como el plazo de vencimiento de la emisión y especifica que, aunque ésta “carece de vencimiento definido porque se trata de recursos propios similares a las acciones de los bancos”, a partir del quinto año Caja Madrid, a su elección, podrá amortizar total o parcialmente la emisión, previa autorización del Banco de España.

“En ese caso los títulos se amortizarán al cien por cien de su valor nominal, y los partícipes habrán obtenido, durante todo ese tiempo, una rentabilidad superior a la habitual para ese plazo”, indicaban.

Los folletos incluían una prohibición expresa de “la difusión de su contenido” a personas ajenas a la entidad “por limitaciones impuestas por la CNMV”, que prohibía la publicidad de la emisión en medios de comunicación, la web y en oficinas. “Esta información no debe estar en nuestras oficinas a la vista de los clientes”, especificaba.

Agregaban que la compra del producto constituía “una gran oportunidad” para “aquellos clientes que deseen obtener durante un amplio plazo de tiempo un rendimiento muy atractivo”. Las recomendaciones insistían en la necesidad de garantizar la “seguridad” del producto, que contaba con “la garantía cien por cien” de la entidad. “Caja Madrid, cuarta entidad financiera nacional ha presentado en los últimos 30 años un historial creciente y sostenido de beneficios, incluso en épocas complejas como la actual”, indicaba.

Los argumentarios incluían también respuesta a la probable inquietud sobre la bajada del rating. Así, refleja que los empleados debían comunicar que esta disminución de las calificaciones era común “a todo tipo de emisores, tanto empresas como entidades financieras”. “En el panorama internacional el sistema financiero español destaca sobre todos los demás por su solidez y solvencia y, dentro del sistema español, Caja Madrid ocupa una posición destacada”, añadía.

Uno de los folletos, elaborado para la dirección de la zona de Toledo, fijaba objetivos de venta y recomendaba a las oficinas grandes una venta de preferentes de 50.000 euros, a las medianas de 35.000 y a las pequeñas de 20.000. El objetivo era suscribir 29,7 millones de euros adicionales a las ganancias de la emisión de preferentes de 2004.

 Destaca entre los “aspectos clave a tener en cuenta” la “implicación” de sus empleados en la venta de las participaciones. “Todos debemos participar en la venta activa”, decía. Ordenaba a los comerciales contactar “con todos los clientes carterizados”.

Ante esta situación, desde el bufete ceutí se informó que son muchos los ahorradores que han acudido, el último hace apenas una semana, para requerir sus servicios, iniciando, al igual que mucho españoles afectados, un proceso que se antoja complicado y no exentos de muchos inconvenientes.

El Gobieno y la Audiencia Nacional se han visto obligado a tener que abrir la vía del arbitraje como vía para que estas personas puedan recuperar, al menos, la mayor parte de su dinero.

Pero este camino, según las fuentes jurídicas consultadas, no es precisamente un camino de rosa, ya que las mismas informan que en los casos de los ceutíes que llevan se ha detectado mala fe, puesto la entidad financiera intenta dar una buena imagen, pero en el fondo lo que se ofrece es el canje por acciones, en muchos casos podría que con un nominal superior al de mercado, es por lo que aseguran las pérdidas pueden alcanzar hasta el noventa por ciento. Un auténtico drama para el inversor.

En otros muchos casos, prosiguen desde el bufete, se les ha dicho a los ahorradores que no se preocupasen con el procedimiento de arbitraje ya que se les iba a devolver todo su dinero.

Otra de las estrategias usadas, al parecer, por la entidad es la de dilatar en el tiempo estas situaciones en un intento de buscar la prescripción del presunto delito cometido, basándolo en la fecha de la firma de la compra de las participaciones.

El bufete consultado tiene claro que lo más importante es que este tipo de producto financiero no se debería de haber comercializado a particulares. Y es cierto, ya que no estaba destinado a pequeños ahorradores.
 

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