Con cajas destempladas ha sido
recibida la nueva Ley de Educación. La Ley Orgánica de
Mejora de la Calidad Educativa, y es que esto de la
Educación ya es dominio de todos, especialmente si se trata
de una ley que no parte de las izquierdas.
Es realmente curioso, aparte de que a mí me da vergüenza que
en mi país haya tanto inculto en el Congreso y en los
sindicatos, especialmente, y que sin saber donde tienen la
mano derecha o sin saber hacer la “o” con un canuto,
pontifican sobre algo tan serio como debe ser la Educación.
La Lomce ha sido aprobada en el Congreso de los Diputados,
por mayoría absoluta y con todos los votos de la oposición
en contra. Es una auténtica vergüenza que se haya formado un
grupo multiforme a la hora de votar la ley y más vergonzoso
aun es que grupos tan distintos como debieran ser ERC, PNV,
UPyD, CiU o PSOE, en lo único que han pensado es en lo que
desde la izquierda se ha dado en pregonar como recortes y
que no se hayan parado a pensar si hay algo bueno, que algo
tendrá, la ley que se acaba de aprobar, ya veremos para
cuanto tiempo.
No voy a volver a citar mis muchos años como docente, ya es
el curso número 45 el que llevo dando clase en un instituto
y desde entonces todo lo que ha ido saliendo, “para
corregir” a lo anterior, ha sido peor que lo que precedía, y
las leyes que han ido saliendo, todas han sido del PSOE, con
lo que hemos llegado a donde estamos. Eso debe quedar muy
clarito, especialmente a los izquierdosos y a los
separatistas que tan buenas migas parece que hacen en esto.
Varias generaciones ya, sin culpa por su parte, han tenido
la mala suerte de educarse bajo la ideología y las
directrices del PSOE y mira como nos ha ido.
Recuerdo mis primeros pasos como docente, en aquel
Bachillerato de seis cursos, con dos reválidas, y además un
preuniversitario. Todo ello impartido en los institutos.
Pues bien, aquel Bachillerato, dejando de lado regímenes
políticos, era un gran Bachillerato, en el que nos habíamos
formado todos los que ya hemos pasado de los 50 años.
A aquel Bachillerato y con el régimen de Franco ya llamando
a su fin, le vino a triturar un ministro “iluminado y
demente”, Villar Palasí, que fue el artífice de los cambios
y que lo mejor que podría haber hecho era quedarse en su
casa. Pues bien, con la señorita Galino, otro ejemplar para
los museos y con Díez Hochleiner, parieron un sistema que
comenzó a “egebeizar” la enseñanza anterior a la
universitaria.
Ahí, realmente, es donde empezaban las facilidades, dando el
pase para seguir adelante a todos, hasta que llegaban al
COU, después de haber terminado el BUP.
A pesar de todo, repito que nada me gustó aquello, comparado
con lo anterior, pero hubiera sido casi de premio Nobel, si
lo comparamos con lo que trajeron los del capullo, después.
Y es que, tras haber ganado las elecciones el PSOE, un 28 de
octubre de 1982, en lo primero que pensó el partido de
Felipe González fue en formar al país a su antojo y
semejanza:” a España, en 20 años, no la va a conocer ni la
madre que la parió”, y así ha sido y si no basta con echar
un vistazo a los últimos informes, en relación con nuestra
formación.
A pesar de todo esto, los “jetas” del Congreso de los
Diputados parece que de eso no se quieren enterar, o no han
llegado a pensar (lo de pensar no va con ellos) que para
salir del continuo fracaso escolar, lo primero que habrá que
cambiar es la orientación y las leyes que rigen para la
Enseñanza.
Personalmente, debo empezar por ahí, no he entrado de lleno
en leerme toda la ley, eso es cierto, pero con muy poco que
se haga será suficiente para mejorar lo que hemos tenido y
estamos teniendo, hasta ahora.
Ya ha habido “señorías” que han anunciado que en sus
comunidades no se pondrá en marcha la Lomce, con lo que
espero y deseo que, ahora ya, con la ley aprobada, en cuanto
salga del Senado se ponga en marcha lo antes posible, porque
de lo contrario corremos el riesgo de que, si volvieran a
perder unas elecciones generales los “peperos”, la propia
Lomce se quedaría en la sombra, como se quedó aquella otra
que se iba a poner en marcha en la última legislatura de
Aznar.
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