En las charlas recientes que
tenemos en el Curso de Protección Civil, nos ponemos en el
hall a estirar las piernas, y hablamos gente que ya somos
master más de cuarenta y recordamos anécdotas, lugares y
momentos donde tuvimos algunas bonitas vivencias, siempre
basadas en el incomparable marco de nuestra Ceuta, que
siempre tuvo ese duende antes de darnos cuenta, que era
alegre , dulce y marinera.
-En una de las ponencias tomo nota de una frase, que se basa
en el Caos, la confusión y el desorden que puede desembocar
cualquier información o noticia recogida, pero... que se
transforme en la mete de la persona que la reciba, o bien
dependiendo del grado de inteligencia de la persona que la
transmite, así suena o sonará el eco de la noticia...
-Dentro de aquella charla amena, se comentaban ciertos
aspectos en los momentos vividos por lugares emblemáticos de
esta tierra , nuestra Ceuta, y nos detuvimos por los
aledaños de la Plaza Azcárate, así empezamos a recordar el
burguer “pirata” MacDonalds, y que tuvo que cambiar el
nombre a MacDouglas, y se convirtieron los bocatas en
modelos de aviones a reacción.
-Ya en esa época, podía yo presumir de tener un billete
verde en el bolsillo hace ya treinta años, y la pandilla se
hacía gestos, que Javier manejaba dinero... y era por los
tiempos de los paraguayos... donde pegarte diez horas en un
bazar, haciendo de aprendiz te daba para , aparte del bocata
coger un modelo superior así como refresco y patatas.
-Pasamos a los recuerdos de los salones recreativos y de las
partidas, de los cines y las peliculas que habíamos visto ,
que nos dejaron estelas para el recuerdo y pude comentar la
anecdota que me colea desde la infancia, por la personalidad
de ciertas amistades al telefono , como Matilde la portera y
parece que VIVEN EN MI PERFIL, como se dice ahora con esto
del Facebook y las redes sociales.
-Resulta que antes , había que ir por la tarde al colegio y
no había bastante que nos metían eso de la particular o la
permanencia, y salías hecho un zombi, con tantos deberes y
problemas, lecciones y asuntos, y mi padre el hombre decía
al final, tomate una copita de Kina San Clemente, que en la
India muchos han acabado majaretas de tanto estudiar, y si
hubo algo que no tuve, pero que lo compensé con mis
cabriolas por la calle, era una faceta deportiva que tambien
me diera una “instrucción fisica” para luego de mayor, haber
tenido una base sólida, para así haberme preparado unas
oposiciones a Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, como hicieron
todos mis amigos que jugaban en equipos de futbol, hincaron
los codos, estudiaron, les dejaron los padres un hueco todas
las tardes para estudiar, y tenían su momento para jugar en
un equipo y así poder entrenar también.
-Antes de entrar en la Sagrada Familia cada tarde, me
acercaba a ver la CARTELERA DE CINE, si esa que todos
recordamos, como pasquines informativos, de los tres cines
que aún quedaban en pie, el CERVANTES, EL TERRAMAR, y el
AFRICA, porque el ASTORIA, ya creo lo empezaban a derruir y
siempre nos asustaban con eso de... niño los piojos te
sacarán a rastras del cine, antes de que termine la pelicula...
-La cartelera que comento, estaba sita entre la Pasteleria
Africana, la Consulta del Doctor Avila, y la Funeraria
Curado, me asomaba y siempre buscaba tres géneros de cine,
que así pudieramos tirar de mi padre entre semana, y eran
las de JAMES BOND, BRUCE LEE y TARZAN.
-Si no eran este entusiasmo de peliculas , mi padre decía
que nones que entre semana el no subía de DIEZ a DOCE, a
Hadú al CINE TERRAMAR, que por cierto si que se podía ir y
si el autobús se dirigía a cocheras en las Puertas del
Campo, mi padre nos hacía el trozo hasta la casa en la Calle
Amargura, andando y no había problema, te cruzabas con la
Policia Armada, o los Serenos, y un “buenas noches” y tan
tranquilos.
-Así me pegué con esa ilusión de chiquillo los años que se
mantuvo el colegio Pio XII y luego Sagrada Familia, enfrente
de la Farmacia Nieto y la Iglesia Los Remedios, era un
bonito recuerdo de la infancia.
-Pero lo que no logro entender, la maldad de la persona que
bien en la peluquería, bien en la Plaza de los Reyes, o por
conducto telefónico , le decía a mi madre.. ROSI ROSI, tu
hijo va todas las tardes a la FUNERARIA...
-Sin darse cuenta que bien podría ir a comprar un pastel
para merendar, o no sentir que empinaba los pies y alzaba la
vista a ver LOS CARTELES DEL CINE.
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