Juan Vivas se ha convertido en el prestidigitador de la
palabra y los hechos. Se prodiga tanto en este arte del
engaño que, como diría un amigo mío, parece que lo trae
–como los coches-, de serie. El pasado jueves, con ocasión
de un “canutazo” en su visita al Centro de menores
Mediterráneo y a preguntas de un redactor de este periódico,
aseguró con toda solemnidad que la Ciudad abonaría la
cantidad que una Sentencia judicial firme obligaba a
Radiotelevisión Ceuta, aunque había un retraso (por cierto,
de tres meses y medio, nada más) a abonar la 6,5 parte de la
anualidad.
Una Sentencia que es firme, que data del pasado 28 de junio
dictada por el Juzgado de lo Social nº 1, que no fue
recurrida por la Ciudad y, por tanto es firme y que, por
primera vez en la historia, se quiere interpretar y no
cumplir. Una interpretación que, tras múltiples devaneos, se
produce por vía de un informe de la secretaria general,
aunque se trasladó a los sindicatos que tanto la Presidenta
del Consejo de Administración de RTVCE, Yolanda Bel, como
del Interventor del propio Consejo, se daba por bueno el
pronunciamiento judicial.
Un pronunciamiento que el propio Juan Vivas hizo público,
ante los medios de comunicación, afirmando con toda
solemnidad que se cumpliría la Sentencia y que sólo había
cierto retraso. Quiso tranquilizar a todos y, 72 horas
después, los trabajadores y los sindicatos se sienten
engañados, porque desde la empresa, se alude a un informe de
la secretaria general, María Dolores Pastilla, por el que
sólo abonaran 14 días a los trabajadores, incumpliendo la
Sentencia judicial firme y dándole la interpretación que, a
“quien corresponda” le parece bien.
Una solución que no deja otra posibilidad a los sindicatos
que solicitar al juez la ejecución de Sentencia, con la
correspondiente reclamación en el Juzgado y con las nóminas,
a t´tiulo individual de cada trabajador que reclame lo
fallado por la Sentencia.
Este galimatías que se ha organizado es consecuencia directa
de un hecho relevante: el abogado de la empresa, Javier
Cosío del Gabinete Lería (externalizado por RTVCE), no fue
capaz –cuando su señoría preguntó en la vista oral del
juicio de CSIF contra RTVCE-, si los devengos de la extra
eran semestrales o anuales. El mencionado abogado, miró a
uno y otro lado, sin saber qué responder porque quizás no se
había preparado convenientemente el tema y fue la abogada
del CSIF quien dijo. “Anual, señor juez”, tomando nota su
señoría de este extremo y fallando, por tanto en este
sentido.
Ahora, con el paso del tiempo, vienen las lamentaciones:
RTVCE solicita al mismo abogado que no fue capaz de defender
los derechos de la empresa que haga un informe
interpretativo de la Sentencia firme. Con error o sin error,
lo cierto es que quien debía defender los intereses
empresariales no lo hizo. Y lo cierto también es que, como
no se iba a recurrir ninguna Sentencia, se encuentran con un
fallo judicial que no esperaban ni tampoco les gustaba.
La pasada semana, cuando los sindicatos cansados de esperar
–vamos para tres meses y medio sin ejecutar la Sentencia-,
deciden recoger nóminas de los trabajadores para solicitar
la Ejecución de Sentencia, desde la empresa se les dicen que
“paren el procedimiento porque se busca la solución”, que
ésta se acordaría el pasado viernes –presumiblemente, en
Consejo de Gobierno-, y que para esta semana, se
formalizarían los pagos. Ayer, sobre la una de la tarde, la
directora de RTVCE comunica a los sindicatos, que no se
cumpliría la Sentencia porque María Dolores Pastilla tenía
un informe en el que se apoyaba para no hacerlo.
Los sindicatos se sienten ninguneados y engañados. La
credibilidad de Juan Vivas queda por los suelos, una vez más
y los trabajadores comentan: “Nos han vacilado, una vez
más”. En esta vorágine de despropósitos, la única verdad es
que Juan Vivas se vuelve a reir de los sindicatos y de los
trabajadores; que dice una cosa en público y hace la
contraria en privado, que utiliza una vez más a los técnicos
(entiéndase secretaria general puesta a dedo sin concurso de
habilitada nacional) y transforma una Sentencia firme en un
fallo “a su medida”.
Es la enésima cabriola de un político que en el colmo de su
altanería, ni respeta las Sentencias judiciales firmes,
aunque luego diga en público que es muy respetuoso con la
Justicia.
Ante una sentencia firme lo que debe hacer el Gobierno de
Vivas es cumplir, y acto seguido cesar a los responsables de
no haber defendido correctamente los intereses de la Ciudad.
Todo lo que no sea actuar así es reírse del propio juez y de
todos los ciudadanos.
Así se escribe la gran farsa de la vida política de este
pueblo. Un engaño permanente.
|