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OPINIÓN - MARTES, 8 DE OCTUBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Nuestro alcalde necesita meditar
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

No es la primera vez que digo que Juan Vivas ha personalizado a tal extremo la opción popular, sustituyendo la marca PP por la suya propia, y ha acumulado tal poder personal, como para creerse que podría ganar unas elecciones con un partido localista y hasta unir su destino político con la coalición Caballas.

De momento, como dirigente todavía de los populares, mi impresión es que nuestro alcalde, convencido de que los ceutíes siguen comiendo en sus manos, hace ya mucho tiempo que gobierna mediante un pacto tácito con Juan Luis Aróstegui. Quien, cuando es preguntado al respecto por sus palmeros, suele responder con aires de suficiencia.

No obstante, a nuestro alcalde le convendría saber que la historia nos enseña que, por mucho positivo que uno haga, su imagen pública valdrá lo que sus últimos actos. Y éstos, es decir, los últimos actos de nuestro alcalde no han sido para tirar cohetes. Por los que, como no podía ser de otra manera, su popularidad ha ido descendiendo con más celeridad de la esperada tanto por él como por sus acólitos.

Y es que nuestro alcalde, embriagado por los benéficos efluvios del populismo, sin que nadie osara toserle, llegó un momento donde decidió revestirse con capa de armiño napoleónica. Semejante manera de gobernar, haciendo de su capa un sayo, tuvo su primera manifestación de poder colocando gente próxima; tanto a parientes carnales como a parientes políticos; militantes del partido que reclamaban el pago de lealtades.

Y a partir de ahí, rodeado de un clientelismo, seleccionado de antemano y que lo avalaba con el baluarte de su admiración incondicional, se sintió el no va más. Y pronto nos fuimos dando cuenta de que esta ciudad estaba hecha, única y exclusivamente, para quienes habían jurado profesarle pleitesía eterna y decirle, cada dos por tres, lo de mande usted, don Juan, que para eso estamos. Los demás mortales, sin embargo, parecíamos gente desclasada. Y, claro, ante tamaña aptitud, comenzó a fraguarse su declive.

Porque frente al populismo de un gobernante, los remedios son más transparencia, más respeto a la ley y solidez institucional. En suma, más democracia y menos ordeno y mando porque me sale a mí de los cataplines. Que para eso gano elecciones tras elecciones por mayoría absoluta.

Las mayorías absolutas obtenidas por nuestro alcalde le han hecho perder el equilibrio. Y, claro, anda siempre al borde de dar con sus huesos en el suelo. De tanto mirar hacia arriba y darse cuenta de que el poder omnímodo que se atribuye no hace milagros. Y es que todo no se puede tener. Menos mal.

Menos mal que, desde hace ya un tiempo, José Antonio Carracao no se calla ni debajo del agua. Justo es decirlo. Y se ha convertido, pues, en esa mosca cojonera que habrá de soportar nuestro alcalde todos los días y fiestas de guardar. Incluso no se ha cortado lo más mínimo en hacerle el artículo a “Conciencia libre”: asociación que se ha estrenado denunciando a la Fiscalía el ‘caso Kibesan’.

El secretario general de los socialistas –de Ceuta-, además, no se ha cortado lo más mínimo en propalar que nuestro alcalde gobierna “de manera injusta, sesgada, arbitraria y alejada totalmente de los preceptos de igualdad y equidad”. Nuestro alcalde necesita meditar… Cuanto antes.
 

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