Su nombre real es Juan José Raggio Pérez, pero “mi apodo,
“Keke”, se lo puso mi difunto padre nada más nacer. Lo mismo
hizo con mis 4 hermanos, que son Keka, Kico, Kuca y Kuco. La
verdad es que resultaba más fácil llamarnos de esta forma a
la hora de comer, por lo corto de los apodos. Pasados 42
años, la verdad es que nadie me ha llamado Juan José,
excepto mi abuela paterna, ya fallecida”, afirma con
orgullo. Después de vivir en Maryland y San Francisco, se
mudó a New York, Pronto se vio envuelto en catas, cursos,
subastas de vino, presentaciones… hasta que, finalmente,
decidió especializarse en enología. ‘El Invinista’ nació por
“la necesidad de mostrar todo lo que el vino me ha aportado
y poder ofrecerlo en mi ciudad”, señala.
Pregunta.- Seguro que hay muchas personas que te conocen
de toda la vida, pero no sabrían decirnos tu verdadero
nombre. ¿Cuál es y por qué te llaman “Keke”?.
Respuesta.- Pasados 42 años, la verdad es que nadie me ha
llamado Juan José, excepto mi abuela paterna, ya fallecida.
Mi padre era muy imaginativo y un auténtico cachondo mental,
creo que tengo mucho de su ADN.
P.- Actualmente estás vinculado profundamente al mundo
del vino. ¿Cómo llegaste a convertirte en ese profesional
llamado “El Invinista”?.
R.- La realidad es que empecé en el mundo del vino por
casualidad. Mi padre era un gran aficionado y, sin embargo,
nunca compartimos copa. Mi afición empezó en los Estados
Unidos de América, donde me fui a estudiar inglés después de
acabar mis estudios de publicidad en Madrid, allá por 1992.
Después de vivir en Maryland y San Francisco, me mudé a New
York donde, para costearme mis estudios de biología,
trabajaba como camarero. En uno de los restaurantes en los
que ejercí esa profesión, un restaurante “patria”, dirigido
por el gran chef latino Douglas Rodríguez, conocí al manager
del establecimiento, el ceutí Luis Soto, que me dio
formación en el mundo de los vinos. Pronto me vi envuelto en
catas, cursos, subastas de vino, presentaciones… hasta que,
finalmente, decidí especializarme en enología. Trabajé como
sumiller en Puerto Rico, donde me trasladé, hasta que monté
mi propio restaurante, en el Viejo San Juan, “La Querencia”.
El 11 de septiembre del 2001, mientras me encontraba
renovando mi visado de trabajo en Madrid, sucedió la
tragedia de las “Torres Gemelas”, lo que me impidió volver a
los Estados Unidos. En ese momento, empecé un largo periplo
por España que acabó, de nuevo, en Ceuta.
- Y aquí nació “El Invinista”…
“El Invinista” nació por la necesidad de mostrar todo lo que
el vino me ha aportado y poder ofrecerlo en mi ciudad. Al
principio, fueron catas entre amigos que, posteriormente,
fueron transformándose en cursos y eventos gastronómicos
para todos los ceutíes.Más tarde, empecé en televisión, de
la mano de Radio Televisión Ceuta, en el programa “El
Paseo”, que conduce Beatriz Palomo, donde participo una vez
a la semana. También he tenido la oportunidad de formar
parte de programas de radio en Cadena Ser, donde realizo
colaboraciones esporádicas. En definitiva, “El Invinista”
surge como marca, para asociarme a una imagen única y
concreta y poder darme a conocer de una manera corporativa y
seria. “El Invinista” es la unión de “In-Vin-Ista”,
especialista en vino.
- Tus ya famosas catas organizadas, han significado un
antes y un después en el concepto que los ceutíes tienen
(tenían) sobre el vino y en la forma de utilizarlo como
excusa para pasar un rato divertido e interesante. ¿Qué se
siente al haber sido la persona que dio ese primer paso en
la ciudad?.
La verdad es que me siento cómodo con mi pasión, la cual ha
podido ser compartida con mi pueblo. Queda mucho por hacer y
no soy el único que apoya esta afición. Hay restauradores
muy valiosos que, día a día, promocionan el vino. El futuro
es prometedor y esperamos seguir aportando nuestro granito
de arena, para que el vino y la gastronomía ensalcen los
muchos placeres que puede ofrecer esta ciudad.
− ¿Cuándo podremos disfrutar de alguna de tus catas?
Todos los otoños, por estas fechas, empezamos la temporada
de catas. Tenemos un producto que se llama “Maridaje
Perfecto” que consiste en una cata-degustación gastronómica
con 6 vinos y 6 platos. La realizamos un sábado al mes en el
bar “De Buena Cepa”, en Calle Real, cerca de la Iglesia de
los Remedios. También hacemos catas privadas en casas
particulares, cursos de cata de vinos para principiantes y
aficionados avanzados y eventos gastronómicos, como el “Japo
Week” o “Invinarte”.
− ¿Qué podemos aprender en ellas?
Sobre todo, aprenderemos a desgranar los secretos del vino,
la gastronomía y la mezcla de los dos: el maridaje. En
definitiva, analizar todos los detalles cuando abrimos a
fondo un vino. El análisis de cata es visual, olfativo,
gustativo… al final, las conclusiones son las que nos
llevarán a decidir si nos gusta determinado vino o no.
− Además de las catas ya organizadas, ¿qué otras
posibilidades ofrece “El Invinista”?
Actualmente estoy muy metido en los medios de comunicación,
tanto en televisión como en radio. Internet me ha abierto
las puertas para poder colgar los vídeos que hago en mis
viajes nacionales e internacionales. En este momento,
estamos desarrollando una gran web que va a poder enseñar
todo mi trabajo.
Sin duda, me gustaría convertirme en el Jamie Oliver
español, “el Invinista sobre ruedas”.
− Eres el alma máter de “Invinarte”, la I Feria de Vinos
y Arte de Ceuta, un éxito rotundo. ¿Tienes prevista una
segunda edición?, ¿cuando?.
Invinarte es un proyecto que nace a partir de la idea
inicial de poder ofrecerle a Ceuta una feria internacional
en la que se mezclen dos exposiciones en una, vino y arte. A
partir de esta primera idea, se crea una asociación sin
ánimo de lucro, junto a un equipo de dirección con
auténticos expertos en todas las materias que una feria de
muestras seria necesita: medios de comunicación, finanzas,
publicidad, diseño gráfico, etc. Sin duda, las personas que
forman parte de esta asociación, son las que han hecho
posible este evento.
Invinarte es bianual y ya estamos trabajando en la siguiente
edición, que será en junio de 2014.
− Tu trayectoria profesional se desarrolla también en el
bonito mundo del Turismo. Cuéntanos un poco tu día a día
laboral.
Soy Guía e Informador Turístico de la Ciudad Autónoma de
Ceuta. Llevo ocho años desarrollando esta actividad y lo
único que puedo decir es que es un orgullo y un placer poder
enseñar las maravillas de la ciudad e informar sobre ella a
los turistas y visitantes.
Mi trabajo se desarrolla en los mostradores de información
de nuestras oficinas y allí donde se requieran nuestros
servicios de guía, a pie o en autobús. Visitamos los lugares
más importantes, ofrecemos la oportunidad de disfrutar de
vistas maravillosas y hacemos pasar un rato inolvidable al
visitante, que siempre vuelve a su ciudad de origen con una
sensación de sorpresa por la belleza de Ceuta y por las
atenciones que aquí se le ofrecen y que no recibirá en
ningún otro lugar.
− Cuéntame un secreto.
No pronuncio la letra “r”, imagínate cuánto se han reído
conmigo y “el perro de San Roque” (risas).
−¿Por qué crees que puedes ser un “anónimo interesante”?
Mi mujer dice que siempre tengo historias nuevas que le
sorprenden de mi dilatada e intensa vida, como en la
película “The Big Fish”. Lo mejor es que esto acaba de
empezar, estoy lleno de sueños, proyectos y aventuras…
¡vamos a por ellas!.
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