Y bien que me alegro. Lo peor que
puede haber en cualquier sistema es que un solo grupo sea el
que “corte el bacalao” y que los demás tengan que estar como
“de prestao” a lo que se le antoje al que más votos sacó.
Ceuta, que a lo largo de los últimos años del pasado siglo
dio múltiples bandazos, en cuanto a quien tenía que mandar
en la Santa Casa Madre, lleva una docena de años con una
mayoría aplastante del PP, tras haberlo dejado atado y bien
atado, con los trásfugas del Gil, que algo o mucho debieron
sacar en la operación, y que habían sido los últimos en dar
un tirón muy fuerte, cuando ganaron las elecciones.
Desde entonces, tras el salto al número 1 por parte de Juan
Vivas, en el PP, Ceuta respiró y votó PP, en parte por la
confianza que daba su propia persona y en parte porque
quienes deberían ser su oposición natural, el PSOE, había
quedado “trillado” y sin posibilidades de rehacerse en mucho
tiempo, con lo que era mejor PP conocido y con Vivas al
frente que no volver a soportar la llegada de otro grupo de
aventureros, como el del GIL de entonces.
Pero el tiempo pasa para todos, y los paseos triunfales de
Juan Vivas, recorriendo la Gran Vía, el Revellín y media
Ceuta más cada día, han dado paso a un Vivas que se encierra
en el Ayuntamiento, que no sale y al que poco se le ve en la
calle.
La situación parece que va a variar un poco y, si hacemos
caso a una encuesta reciente, hecha en Ceuta, en las
próximas elecciones el espectro político en el Ayuntamiento
puede tener otros colores, bastante diferentes a los que hay
hoy.
De ser correctos los datos que se aportan en el sondeo, el
PP va a seguir por delante de todos los demás, pero con
apuros, si es que lo logra para, a duras penas, obtener la
mayoría absoluta, lo que quiere decir que podrían perder
entre cinco y seis concejales.
Si eso sucediera, es cuando se vería la técnica, el talento
y el talante para gobernar, por parte de Juan Vivas, aunque
siempre tendría, si él conseguía un escaño, al concejal
Aróstegui para tapar un roto, un descosido o lo que quisiera
el presidente, con la correspondiente “recompensa política”
o del tipo que fuera.
Y ya que he citado a Aróstegui, hay que decir que hay muchas
dudas, si sigue el tercero en esa candidatura, de que
pudiera salir, por cuanto la Coalición Caballas va a ser el
grupo más dañado, dado que sus actuaciones, en lo que va de
legislatura, han ido siempre por unos caminos poco rectos.
Subida importante, si siguen las cosas así, se le concede al
PSOE de José Antonio Carracao, que se está dejando el alma
en desvelar los ocultismos que otros guardaban celosamente,
en la Ciudad, y que los votantes, muchos, consideran que
puede ser el candidato del futuro, teniendo en cuenta su
juventud y el desparpajo que está mostrando, en una
situación muy complicada para él, al no contar nada más que
con tres concejales.
También sube UPyD, que ahora no tiene representación y que
podría lograr un par de concejales, eso sumaría en la
oposición y restaría fuerza al PP, que hará todo lo posible
para seguir ahí, dominando la situación, pero veremos de qué
forma.
Y por último los Verdes, que siempre lo intentan y ahora, a
duras penas, podrían obtener representación. No lo tienen
nada fácil, si vemos las perspectivas que muestra esa
encuesta.
Y a mí lo que me desagrada es que un grupo como el de
Mohamed Alí, que nació fuerte y con las ideas claras, al
aliarse con Aróstegui y cambiar de nombre, vaya siendo
arrinconado y haya dejado de ser aquel partido que
ilusionaba a muchos de sus votantes de Ceuta. Los votantes
iniciales de ese partido tendrían que pedirle
responsabilidades a Mohamed Alí, por no haber sabido
administrar y gestionar un gran capital que pusieron en sus
manos.
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