Otra de las preocupaciones de la
progresía barata de nuestro país, como si a estas horas
cualquier tipo de signo o símbolo de aquellos años aportara
algo positivo o negativo a nuestra sociedad.
Da vergüenza y asco que personajes apoltronados en cargos de
los que no les moverán ni los geos quieran dar lecciones de
ética a base de unos “recuerdos olvidados” de los que casi
nadie querría saber ya nada y de los que otra gran parte de
la población ya no sabe ni lo que significan, ni lo que son.
Y lo que es peor es que algunos de esos, en sus años mozos,
incluso puede que se hayan puesto la camisa azul más veces
que el mismísimo José Antonio.
Y el Gobierno de la Ciudad, que para algunas cosas hace
valer su mayoría tan aplastante, accede y se compromete a
retirar símbolos franquistas, si hay dinero. Esto de “si hay
dinero” es lo más llamativo que nos podríamos encontrar.
La propuesta de Caballas referida a retirar símbolos
franquistas de la Ciudad, propuesta defendida por Juan Luis
Aróstegui, nos da idea de lo que se preocupan muchos de esos
políticos de esta Ceuta que tanta necesidad tiene de mejoras
en muchos aspectos. Con todo, esa propuesta se aprobó en el
pleno del pasado lunes, y le sirvió al segundo de Coalición
Caballas para espetarle al Gobierno de la Ciudad los
incumplimientos sobre la Ley de la Memoria Histórica.
Prefiero no seguir con el tema.
Y es que, una vez más se ha puesto de manifiesto que este
sujeto y otros que le secundan, no tienen muchas cosas que
hacer para que la Ciudad funcione hoy mejor que ayer.
Porque Aróstegui, que trata de decir bien lo que sabe, de
vez en cuando, no sabe bien lo que está diciendo,
especialmente, cuando ha saltado a la palestra con la
petenera de que “en determinadas áreas del sur de España
empiezan a resurgir los movimientos fascistas que creíamos
sepultados por la historia y nos empiezan a preocupar e
indignar”.
Aróstegui parece que ha perdido el norte y, posiblemente,
desde el sur hasta el oeste, porque decir ahora que en el
Sur, esto es en Andalucía, han resurgido brotes fascistas,
cuando la propia Andalucía lleva más de 30 años de gobiernos
socialistas, no parece cuadrar mucho con las palabras del
concejal que llegó por la puerta falsa de una unión a un
grupo con el que no comulgaba demasiado.
Y yo lo que creo es que Aróstegui padece de amnesia, con lo
que se le olvidan hechos recientes y no tan recientes, de
asaltos a supermercados por parte de “gentuza” de los que se
autodenominan progresistas, pero que en la realidad se
dedican a la “rapiña”.
Aróstegui confunde lo que es progresía, con lo que es no
acatar las leyes de hoy, en nuestro país, y se agarra a ese
término recién acuñado de la “memoria histórica”, que se
hace valer para una parte, pero que ignora la otra que
también participó y cometió felonías en la propia guerra
civil española.
Ahora vamos con lo de hace tres cuartos de siglo, para
ocultar lo que él, su sindicato, otros sindicatos parientes
y demás vienen haciendo.
A mí me molestan tanto las simbologías de la época de Franco
como los disparates de sindicatos como el del propio
Aróstegui. No fui franquista nunca, tuve que vivir esa etapa
porque era la que había cuando yo nací y me criaba, como
creo que, también, la viviría Aróstegui, pero lo que no
podemos hacer es confundir al personal, porque esos símbolos
no comen, ni piden pan ni trabajo, así como tampoco tienen
subvenciones, mientras que el sindicato CCOO, como otros
sindicatos, sí que las tienen para que vivan algunos de
ellos como el mismísimo Dios, sin ir más lejos, el propio
Aróstegui.
No sé cuantos símbolos de la época de Franco quedan hoy en
Ceuta, pero de ninguno de ellos se sabe que haya defraudado
a Hacienda. Que se preocupen los políticos del Ayuntamiento
de que Ceuta esté mejor protegida y no de tantas idioteces.
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