El sindicato USO denuncia una nueva agresión sufrida ayer
por una celadora en el Servicio de Psiquiatría del Hospital
Universitario, donde la trabajadora se encontraba sola en el
turno de noche. La mujer recibió un golpe en la boca de un
paciente que se puso “muy violento”, según relata el
representante de Sanidad de esta organización sindical,
Javier Montero. USO exige al Ingesa que dote a este servicio
del personal cualificado, que es un equipo de enfermería las
24 horas del día, indican.
El sindicato USO ha denunciado una nueva agresión sufrida
ayer por una celadora en el Servicio de Psiquiatría del
Hospital Universitario. Según informa el responsable de
Sanidad de la organización sindical, Javier Montero, la
celadora fue agredida mientras realizaba el servicio de
noche. Uno de los pacientes de la unidad se puso “violento”,
relata, y pegó a la trabajadora en la boca. La mujer, “muy
asustada”, señala el representante de USO, llamó a Seguridad
y se trasladó a Urgencias, donde se le realizó el
correspondiente parte de lesiones.
Desde USO señalan que las agresiones a trabajadores en esta
unidad del hospital son una “constante”, y exigen al Ingesa
una solución. Dicha solución pasa según el sindicato, por
que se dote a la unidad del personal “cualificado”. “Los
celadores están a cargo de la unidad tardes, noches y fines
de semana, y eso no puede ser porque no son trabajadores
preparados para atender a pacientes ni para reaccionar ante
un enfermo psiquiátrico”, destaca el representante sindical.
Montero resalta la indefensión que sufren estos
trabajadores: “Cuando ocurre una agresión, tienen que llamar
al vigilante, que está en la planta inferior y en esos
momentos se hace muy difícil coger el teléfono para dar la
alarma”, lamenta.
USO reivindica la dotación de un equipo de enfermería, con
un auxiliar y un enfermero las 24 horas del día, tal como
existe, por ejemplo, en el Hospital Comarcal de Melilla,
“desde hace mucho tiempo”. En Ceuta, hay personal sanitario
en la unidad en el turno de mañana, pero ahora se han
reducido sus contratos a media jornada, “un desastre”,
concluye Montero.
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