Es lo que parece que más gusta a
la casta política y muy especialmente cuando llegan al
Parlamento.
Cualquiera que hoy tenga un puesto de trabajo, y más si es
funcionario, sabe que constante y permanentemente tiene tras
sí una auténtica “guardia” contra las faltas que, a las
primeras de cambio, le pasan el “recorte” por el día o el
rato que faltó, incluso habiéndose dado la circunstancia de
haber estado enfermo y sabiendo todo el mundo que no era por
una enfermedad imaginaria.
Ahora bien, lo que hace falta saber es si eso mismo se hace
con sus señorías, los diputados o los senadores, porque
estamos hartos de ver que el hemiciclo, salvo cuando se va a
votar algo que interesa a unos o deja de interesar a otros,
está siempre medio vacío, porque el diputado o el senador
correspondiente se ha cogido sus “particulares vacaciones”
ese día o esa tarde.
No debe ser mucho lo que tienen que hacer por allí y por eso
tales escaqueos unos, en tanto que otros se dedican a
investigar el sexo de los ángeles.
Y digo esto porque ahora, una vez más, parece que hay una
campaña orquestada contra el Rey y, especialmente, la
progresía barata trata de buscar, como moscas cojoneras, lo
que el Rey tiene, lo que le ha dejado su padre, o lo que él
vaya a dejar a sus hijos.
Todo esto viene, especialmente, por las informaciones de
ciertos medios de comunicación que parecen ser dogmas de fe
para el “populacho” y para algunos señores diputados o
senadores.
En publicación de un diario de tirada nacional, El Mundo,
apareció la noticia de que el Rey recibió 375 millones de
pesetas, tras haber fallecido su padre. Lo de menos, para
mí, es la cantidad que sería simple calderilla con lo que
heredan otros o con lo que está defraudando algún
deportista, y lo normal es que un padre deje su herencia a
sus propios hijos.
Pues bien, han sido varios los grupos parlamentarios que
registraron preguntas en el Congreso dirigidas al Gobierno.
Lo más sangrante de todo esto es que, desde el PSOE, el
portavoz de Hacienda, Pedro Saura, quería saber qué
información podía facilitar el Gobierno, acerca del
patrimonio que había dejado en herencia el Conde de
Barcelona a su fallecimiento.
Lo del portavoz Pedro Saura es de “aurora boreal”, porque a
quien tendría que haberse dirigido, en su día, el ínclito
socialista es al último Gobierno de Felipe González, que es
quien gobernaba cuando murió el Conde de Barcelona.
Son torpes y vagos incluso para esto. Cuando murió D. Juan
no creo que ninguno de los que ahora están en el Gobierno
pensara que un día podrían llegar a ser ministros, los unos
por su corta edad y los otros por su escasa formación,
entonces y posiblemente ahora, algunos de ellos.
Es cierto que “los datos, informes o antecedentes obtenidos
por la Administración Tributaria en el desempeño de sus
funciones tienen carácter reservado ... sólo podrán se
utilizados para la efectiva aplicación de los tributos ... y
para la imposición de las sanciones que procedan, sin que
puedan ser cedidos o comunicados a terceros”.
Al PSOE se le unen otros como desde la Chunta Aragonesista
que por medio de su representante Yuste, pide al Gobierno
que le especificara las medidas que pensaba adoptar para
garantizar que el Jefe del Estado tribute a Hacienda.
Todo esto me parece que está siendo una empecinada trama
contra la Monarquía, que empieza a ser una persecución
vergonzosa, y más cuando esas voces piadosas, ni sus
partidos, no han dicho una sola palabra sobre los más de
4000 millones de € que cierto futbolista, extranjero, por
más señas, pero que reside aquí, ha defraudado,
recientemente, a la propia Hacienda.
Lo tengo claro, la mayor parte de sus señorías van al
Congreso y al Senado a pasar el tiempo, unos por ser unos
patanes, otros porque, desde el partido, les dicen que allí
es donde mejor están para que no se vea su propia
incompetencia.
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