LUNES 23.
José Antonio Carracao está en boca de todos los
ciudadanos. De un tiempo a esta parte, el secretario general
de los socialistas es noticia casi diaria. Al haberse
convertido en un fiscalizador del gobierno local. Que ha
pasado, en menos que canta un gallo, del ‘caso Urbaser’ al
‘caso de los pagos fraccionados a la empresa Kibesan’.
Carracao ha ganado fama de ser un inspector de hierro que
aparece cuando menos se le espera para causarle quebraderos
de cabeza a nuestro alcalde. El alcalde está hasta los
adminículos de un Carracao a quien ha mirado siempre por
encima del hombro. Y ya no sabe qué hacer con él. Porque
está convencido de que muy pronto habrá otra denuncia por
parte del socialista. Y, naturalmente, los nervios se lo
comen. Los nervios de nuestro alcalde necesitan tila. Mucha
tila. De lo contrario, va a terminar desquiciado. Hecho
polvo. Con la moral bajo mínimo. Y así perderá el poco tino
que le queda para dirigir los destinos de esta ciudad. Sus
seguidores, los del alcalde, que son muchos, todavía, no
hacen sino decir que si Vivas se aburre que Dios nos
coja confesados. Pues alardean de que aún no ha nacido en
esta tierra la persona capaz de ocupar su sitio. Carracao,
que no es tonto, sabe que debe cuidar muchos los pasos que
da en esta ciudad. Ya que está siendo sometido a vigilancia…
Y, en cuanto se descuide lo más mínimo, será sometido a una
campaña de escarnio.
Martes. 24
Celebración del Día de Nuestra Señora de la Merced en el
Centro Penitenciario de los Rosales. Fui invitado, un año
más, y acudí presto a la llamada. Participo en varios
corrillos y en uno de ellos coincido con Castro:
funcionario de prisiones a quien hice debutar en Segunda
División B cuando era un chaval. Castro nunca lo ha olvidado
y siempre que se presenta la ocasión evidencia su
agradecimiento hacia mí. Jugó 15 partidos con la
desaparecida Agrupación Ceuta y tuvo actuaciones muy buenas.
De ese corrillo paso a otro en el cual sus componentes son
casi todos lectores de ‘El Pueblo de Ceuta’. Y, desde luego,
de la contraportada. Y metido en conversación, uno de los
contertulios va y me dice que el lunes, cuando estaba
desayunándose en un bar de la avenida Alcalde Sánchez Prado,
un consejero del gobierno cogió este periódico y viendo un
anuncio del municipio en sus páginas, se expresó así: “No sé
quién cojones ha tenido el mal gusto de enviarle publicidad
institucional a este medio”. El nombre del consejero obra en
mi poder. Pero yo prefiero que se le pregunte al respecto,
antes de sambenitarlo.
Miércoles. 25
El Madrid ganó en Elche mediante escándalo arbitral y
jugando tan rematadamente mal como para que haya sembrado
toda clase de dudas entre sus seguidores. El Madrid no sabe
a qué juega. Lo cual no deja de ser un problema. Una
circunstancia adversa que necesita pronta solución si su
entrenador no quiere perder la confianza del club en nada y
menos. El entrenador, Carlos Ancelotti, está dando
pruebas evidentes de no haber acertado aún con la forma de
juego que más le conviene a las cualidades de sus jugadores.
Y, claro, éstos actúan a su aire. Menos mal que a su aire es
posible que Cristiano vaya resolviendo con su
intimidación –y sobre todo con sus goles- los partidos.
Jugando a su aire, produce grima ver los enormes desaciertos
de Benzema; causa malestar comprobar cómo Ramos
se ha vuelto tan exquisito que lleva camino de que los
contrarios se lo tomen a broma; a su aire, Isco se ha
convencido muy pronto de que ya es Zidane y apenas
hace el mínimo esfuerzo cuando no está en posesión del
balón. El equipo, en general, da la sensación de que todo el
mundo hace la guerra por su cuenta. Ni es capaz de hacer
repliegues intensivos; ni se atreve a presionar en todo el
campo; ni sus jugadores muestran signos evidentes de conocer
misión concreta alguna. Y, desde luego, su fútbol
horizontal, de toque corto, es un desastre y facilita la
tarea de sus rivales. Y lo peor es que su contragolpe ya no
es tan demoledor como en épocas anteriores. Ante semejante
panorama, la visita del Atlético de Madrid se ha convertido
en una prueba inquietante para los blancos. Pues no siempre
podrá Diego López erigirse en figura indiscutible.
Los madridistas, pues, necesitan ganar el derbi y hacerlo,
además, mostrando mejoras en todos los sentidos.
Jueves. 26
A veces me da por adentrarme en las notas que mantengo a
buen recaudo en uno de mis ordenadores y me pongo a leerlas.
Son procedentes de mis lecturas y siempre hallo entre ellas
alguna que me aporte tranquilidad adecuada al momento en que
esté viviendo. Hoy, habiéndome levantado cansado y, por
tanto, con el humor algo avinagrado, se me ha venido a la
vista un apunte que reza así: “El cuerpo, compañero,
necesita de vez en cuando que se le recete algo. Lo mismo
ocurre con el espíritu. Yo para el espíritu me duelo recetar
una medicina llamada presente. La medicina del minuto. Claro
es que a veces caigo enfermo de pasado o porvenir Me gusta
recordar el pasado, sí, pero en los sucesos. Procuro no
tener nostalgia, compañero. Y del porvenir…, del porvenir
nada. ¡Que sé yo si me voy a morir en el camastro de una
posada, en el hospital o en la calle! Cuando sea,
entonces…”. El presente me impone descanso. Mucho descanso.
Habrá que acceder a él.
Viernes. 27
No es la primera vez que se me pide que escriba algo sobre
los viajes de nuestro alcalde a Madrid. Y cuando pregunto el
motivo. Se me responde que es mucha casualidad que siempre
los haga un día o dos antes de que el Real Madrid juegue un
partido de la UEFA Champions League o bien de los más
interesantes de la Liga. Y pronto caigo en la cuenta de que
es verdad lo que me dicen. Ahora bien, lo que nadie me
asegura es si nuestro alcalde, tras hacer sus gestiones
ministeriales o las que correspondan, se queda en la capital
del reino a fin de asistir al Bernabéu donde, al parecer,
tiene siempre reservado asiento de lujo a la vera de
personas destacadas en el mundo de los negocios. Nuestro
alcalde es muy del Madrid. Y, por tanto, tampoco desprecia
la menor ocasión para ver si le es posible saludar a
Florentino Pérez. Por más que el ‘caso Urbaser’ haya
acabado como ha acabado… Ahora bien, si es verdad que
nuestro alcalde, tras las reuniones mantenidas y
relacionadas con su cargo, ha permanecido en los madriles,
en este caso para ver el Madrid-Atlético, lo primero que
habría que indagar es cómo se paga sus gastos. ¿Lo hará José
Antonio Carracao?
Sábado. 28
Estamos hartos de ver las broncas que reciben las personas
que acuden a los juzgados por la imputación que se les hace
de algún delito. Somos testigos casi diarios de cómo son
expuestas al escarnio de un público que disfruta haciéndoles
el paseíllo para humillarlas, para burlarse de ellas, para
degradarlas hasta extremos insospechados. Sólo queda volver
a vestir, al posible delincuente, con el sambenito… Llega un
momento en el cual uno piensa que si al imputado se le
dejara sin protección, tendría incluso un final cruento.
Pero no todos los imputados son iguales. Lo cual se ha
vuelto a poner de manifiesto en los juzgados de Gavá
(Barcelona). Allí compareció Leo Messi, días atrás,
por un presunto delito de fraude fiscal. Y hubo un momento
en que yo pensé que la muchedumbre allí instalada iba a
saltarse las normas de seguridad a la torera para aupar a
hombros a su ídolo. El argentino fue recibido entre
aclamaciones de un público enfervorecido. Que lo jaleaba.
Que parecía importarle nada y menos los indicios de delitos
que se le imputaban a un señor que gana una fortuna diaria y
que encima ha tratado de sisar a la Hacienda Pública. Un
señor que declara no ser responsable porque de esos asuntos
se encargaba su papá. He aquí otro fulano que será un mago
manejando el balón con los pies pero que, además de lo
conocido, es más cursi que las sircu gaditanas. Resumiendo:
injusticia en el trato a quienes desfilan por el pasillo de
los citados por los jueces. Ah, el papá de Messi, Jorge
Horacio Messi, también recibió parabienes. Y dicen que
el pueblo es sabio.
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