La reestructuración en las
sociedades municipales con los procesos de integración de
servicios que atienden cometidos de parecida o similar
naturaleza, supone en definitiva, optimizar recursos y
evitar duplicidades, procedimientos tendentes a rentabilizar
más las funciones y el capital humano. En este cambio, lo
más importante para sindicatos y partidos políticos es que
la supresión de organismos no entraña la pérdida de empleos.
Sin embargo, los sindicatos y en concreto CSI-F plantean la
necesidad de un plan de recursos humanos que con visión de
futuro y miras a corto y medio plazo, aborde una amplia
oferta de empleo, a la vista de que en breve plazo, uno de
cada dos empleados públicos se jubilará y se hace necesaria
la reposición de personal, ya que de no ser así, la
Administración se vería abocada a un colapso o a la
privatización.
Si la garantía de la estabilidad laboral de los empleados
públicos es la preocupación actual de los sindicatos, no es
menos cierto que con miras de futuro, aparte de salvaguardar
sus condiciones laborales, se requiere algo más: no poner en
peligro el sistema y a la vista de que se han destruido más
de 300.000 empleos en los últimos años, no continuar con
esta sangría y procurar que la orientación vaya en el
sentido de reponer personal. Una cuestión es huir del
despilfarro y de evitar duplicidades para una mayor
optimización de recursos, y otra bien distinta, ser
demasiado rácanos y convertir la austeridad en una
perniciosa obsesión por querer extremar el ahorro hasta
límites insospechados y ridículos, con el consiguiente
perjuicio para una buena prestación de los servicios
públicos.
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