Cada vez lo duda menos gente, la
competición de fútbol, en la primera división, está
adulterada, desde hace muchos años, pero especialmente en lo
que va de temporada se está viendo que este año puede
superar a todos los precedentes, si es que alguien no pone
pies en pared y frena las desvergüenzas arbitrales.
Es cierto que hay en juego mucho dinero, cientos y cientos
de millones, pero no menos cierto es que dejar determinados
partidos, en ciertas manos, es estar diciendo que aquí vale
todo y que el santo y seña en nuestro deporte está avalado
por las trampas, que además se permiten. Ahora se pude dar
cuenta más de uno de por qué las olimpiadas de 2020 se han
ido para donde se fueron.
La jornada del medio de semana ha vuelto a traer el
escándalo, incluso a los más pacientes. El arbitraje de
Muñiz, en Elche, ha sido de los más vergonzosos que hemos
visto y tan sólo comparable con el de hace pocos días, de
este mismo colegiado, en Barcelona, cuando se enfrentaron el
Barça y el Sevilla.
Las “voces” no se han calmado, y con razón, en Elche, donde
deberían declarar persona non grata a Muñiz, a perpetuidad,
y otro tanto le deberían nombrar en Sevilla, porque lo de
Elche fue escandaloso, pero lo del Camp Nou creo que incluso
lo superó.
Por esto, lo que más me ha extrañado es que hayan sido,
precisamente, desde las inmediaciones del equipo culé, desde
donde más se ha criticado lo sucedido en Elche, algo
chocante y que me parece algo así como “poner a Satán
increpando al pecado”.
Dejando de lado arbitrajes y aficiones, blaugrana o
merengue, lo que no se puede comprender es que un equipo
como el Madrid esté dando una imagen tan pobre como la que
está dando, algo, por otra parte, que muchos esperábamos,
desde que el técnico portugués Mourinho decidió dejar el
equipo blanco.
Lo que está sucediendo ahora, en el Madrid, no es nuevo y
todo se explica por no haber cortado de raíz la
impertinencia de muchos de los niñatos, bien pagados y poco
responsables, que militan en la plantilla de Concha Espina.
Y es que ahí hay cuatro o cinco jugadores, quizás menos, que
parecen estar por encima del club y que, ahora mismo, están
más pendientes de los rollos que hay con Casillas que de
“meterse” en los partidos, desde el primer minuto de juego.
Esto no tiene más que una solución, hacer con un par de
ellos, por muy creído que se lo tengan, lo mismo que se está
haciendo con el portero, hasta que no estén perfectamente en
condiciones para rendir a su nivel, y si no lo logran, en el
mercado de invierno “hacer caja” con ellos. No se pueden
tolerar las bravuconadas y los retos de algún niñato de esa
plantilla.
Lo de la defensa, desde el principio de temporada, es
alarmante y la falta de entrega de casi todo el grupo, desde
la primera jornada, sólo es comparable a hace ya más de seis
temporadas, cuando hubo que ir despidiendo, uno tras otro a
muchos de los que habían sido, pero sin serlo ya, seguían
creyendo que eran figuras.
Es preferible no ganar un título que perder la dignidad y el
respeto que te tienen, y al Madrid, hoy por hoy, se le está
perdiendo el respeto, por lo que ni con las ayudas
arbitrales podrá conseguir nada. ¡¡Ah!! Y sigo siendo
madridista, pero no puedo engañarme a mi mismo cuando veo
una actuación como la del miércoles, con un Madrid de pena y
un árbitro sin vergüenza.
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