La violencia de género denunciada
en Facebook por una mujer musulmana y su pregunta acerca de
qué hacer por ser golpeada por su marido, ha desatado la
polémica, si bien todos los partidos políticos, como no
podía ser menos, han condenado estos comportamientos que son
una lacra social. Con independencia de si proviene de la
mezquita de Benzu el “consejo” de que es mejor acudir a la
Comunidad Musulmana en estos casos que a la Policía, o de
una asociación musulmana como dice Mohamed Alí , lo cierto
es que hace bien de hablar de tolerancia cero en este
aspecto.
Pero el líder de Caballas se equivoca cuando alude a que los
medios de información avivan una polémica artificial, cuando
“el medio es el mensaje” como decía McLuhan y no se puede
matar al mensajero sino profundizar en los causantes de
estas situaciones, sean quienes sean. Y en una sociedad de
la información, no se pueden poner puertas al campo, por más
que nos guste, como tampoco se puede distorsionar la verdad
con lo que nos gustaría. Las situaciones y las conductas hay
que asumirlas porque las situaciones de maltrato, provengan
de donde provengan, están llamadas a desterrarse de nuestra
sociedad. Y nol valen interpretaciones. Mohamed Alí tampoco
está acertado cuando reclama un portavoz para la Comunidad
Musulmana desde el Gobierno local, porque la legitimidad
representativa a nivel religioso, ya tiene sus escalafones y
en un estado laico, no cabe ninguna designación de este
tipo, porque sería plantear a la inversa una cuestión que es
privativa de cada comunidad religiosa y son sus
interlocutores válidos, reconocidos, quienes habrán de
entenderse en cada momento con el Ejecutivo.
Vamos a poner énfasis en evitar malos entendidos, en no
confundir y, sobre todo, eludir que a la mujer no se le dé
el trato igualitario y de respeto que merece, sea quienes
sean aquéllos que lo infringen. Y no es cuestión de
pareceres, sino de legislación de obligado cumplimiento.
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