Los miembros de la Junta de Personal Docente ha convocado
a los medios de información en la puerta del colegio público
Lope de Vega, para dejar constancia de su protesta por el
funcionamiento del sistema educativo en Ceuta. Allí,
portando una pancarta, Juan Luis Aróstegui, como Presidente,
se ha hecho portavoz del sentir de sus compañeros, plasmado
en el titular del manifiesto que han distribuido: “El
profesorado se siente indignado y avergonzado”.
Todos ellos reclaman un cambio drástico en la política
educativa, al considerar “colapsado el sistema educativo y
una ratio inaceptable”, en la que hay más de 30 alumnos por
clase y muchos de ellos sin conocer el idioma, lo que les
convierte en “fábrica de fracaso escolar”.
Aróstegui acusa a la Administración de “grave
irresponsabilidad” por su comportamiento al desatender las
reclamaciones del profesorado y de la comunidad educativa,
lo que le lleva a manifestar que “no sabemos cómo llevar al
ánimo de los padres esta situación, ya que muchos padres
–dice Aróstegui-, se conforman con que los niños estén en el
aula, pero lo que sucede detrás de la puerta es que allí hay
una enseñanza de muy poca calidad porque el profesorado es
incapaz de soportar la avalancha de alumnos que cada vez más
se envían con menos criterio y es imposible dar clases como
nosotros quisiéramos”. De ahí que, en su manifiesto, digan
que se sienten avergonzados, como parte del sistema
educativo de Ceuta “ y no queremos contribuir a esta estafa
gigantesca, ya que el sistema educativo de Ceuta, tal y como
está funcionando, es una fábrica de fracaso escolar y
nosotros imputamos la responsabilidad ala Director
Provincial y en última instancia al ministro de Educación”.
Para la Junta de Personal Docente, “un grupo con más de 30
alumnos, en muchos casos sin conocer el idioma bien,
dificulta la labor docente, lo cual es una irresponsabilidad
mantener eso sin hacer nada”.
Aróstegui aludió a las inversiones previstas en cuestión de
remodelación de colegios que no se han realizado en el
Ortega y Gasset, Príncipe Felipe o Mare Nostrum que no se
han hecho por falta de presupuesto. De ahí que hagan un
llamamiento ciudadano de apoyo porque “los profesores somos
los testigos pero las víctimas son generaciones completas
condenadas a una precariedad social”.
Atribuye Aróstegui la responsabilidad de esta situación a
José Ignacio Wetz y a Cecilio Gómez Cabrera, ministro y
Director Provincial de Educación, respectivamente, por hacer
oídos sordos a esta reivindicación. “Además, la política de
escolarización es disparatada: se han converytido en pedir
certificados de escolarización sin ton ni son, sin ningún
criterio y crean más problemas y, para colmo, quieren
convertir los centros escolares en una especie de tortura
administrativa desde sus cómodos despachos, dedicándose a
enviar instrucciones cada día más extrañas, algunas
insultantes y otras inútiles que convierten los centros en
organismos burocráticos en lugar de centros de pedagogía. Es
un absurdo”.
En cuanto alas instrucciones, Aróstegui especificó cuáles
son: cumplir el horario “lo que supone un insulto para el
profesorado” y toneladas de documentos administrativos de
escaso sentido, lo que provoca fatiga, indignación y
ansiedad en el profesorado. Preguntado sobre las intenciones
de ampliar 1.500 plazas en los centros que se han quedado
libres por los traslados al nuevo campus, Juan Luis
Aróstegui dijo que “ya no valoramos intenciones de nadie;
valoramos los hechos, porque pese a las promesas este curso
no hay ni un solo puesto escolar nuevo”.
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