Hace unos días falleció en Madrid, lugar donde nació, en
1.917, vivió y murió Felipa Plaza González, quizás ese
nombre no sea muy conocido, pero para las Mujeres
Progresistas tiene un gran significado.
Su padre era de ideologías socialistas y afiliado a la UGT,
Felipa con 15 años se afilia a Juventudes Socialista y hasta
su muerte fue una mujer activa en su partido.
Durante la Guerra Civil su padre combate en el frente, ella
su madre y sus dos hermanas quedan solas y durante un
bombardeo su casa es destruidos por un obús, la madres y las
tres hijas buscan donde vivir y montan un taller de costura,
se pasan la guerra confeccionando ropa para el ejercito
republicano.
Todos los domingos va al frente, en la sierra de Madrid, a
visitar y animar a los chicos del batallón Alpino que la
nombran su madrina de guerra.
El 3 de abril de 1.939, nada más terminar la guerra, Felipa
y su padre son detenidos, quince días después son juzgados y
condenados a seis años de cárcel. El padre es llevado al
penal de Astorga.
Su madre y hermanas también son detenidas y pasan varios
meses en la cárcel de Ventas.
Pasa tres años en Tarragona en un convento de monjas
Oblatas. La mayor parte del tiempo lo paso en celdas de
castigo por negarse a rezar y a levantar el brazo en alto,
saludo falangista.
El 7 de marzo de 1.942 es puesta en libertad, pero, es
condenada al destierro durante seis meses y no puede volver
a Madrid hasta pasado ese tiempo. Vuelve poniendo en peligro
su libertad y vive escondida, en el centro de Madrid, en
casa de una amiga, pasado el tiempo de destierro vuelve con
su familia.
Hasta 1.945, en que le conceden la libertad definitiva,
tiene que presentarse cada quince días en comisaría. Como
nadie quiere darle trabajo se gana la vida vendiendo
castañas por la calle. Un día mientras hacía su trabajo
conoce a un joven socialista que acababa de salir de la
cárcel y junto a él vuelve a militar clandestinamente en el
Partido Socialista.
Se casa con el joven socialista y de nuevo son detenidos y
llevados a la Dirección General de Seguridad, donde ella
pasa un mes encerrada en una celda con otras cuarenta
mujeres. Su marido es torturado y arrastrado por delante de
su celda, para que ella lo vea como sangra. Cae enferma con
fiebres muy altas y ha de ser ingresada en el Hospital del
Rey.
Cuando sale del hospital se entera de que su marido ha sido
juzgado y llevado a la prisión de Alcalá de Henares, donde
permanecerá tres años.
Fiel a sus ideas ha sido militante activa del Partido
Socialista hasta el final de su vida.
Felipa es un ejemplo de mujer valiente, luchadora y
progresistas y con este repaso a su vida queremos rendir
homenaje a la memoria de una mujer que lucho por sus ideales
en una España donde la libertad de expresión estaba
prohibida.
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