Los cuatro afirman que en distintos momentos de sus vidas
recibieron la llamada de Dios y que los siete años en el
Seminario les ha supuesto el verdadero encuentro con El. Son
Iván Llovet Romero (Cádiz, 1986), Antonio Jesús López
García-Mohedano (Cádiz,1988), Manuel Gómez Sánchez (Puerto
Real, 1988) y Juan Ramón Rouco Fonseret (Ceuta, 1988). Los
tres primeros fueron ordenados ayer en la Catedral por el
obispo de la diócesis, Rafael Zornoza, y el cuarto el sábado
próximo, a la misma hora en el primer templo de Ceuta.
Iván Llovet dice que la llamada de Dios la sintió cuando
estudiaba Ciencias del Trabajo, “entendía que había que
cambiar la sociedad, pero después me di cuenta que lo que
había que cambiar era el corazón del hombre y por eso entré
en el Seminario”.
Antonio Jesús López apunta que sintió la vocación sacerdotal
cuando se confirmó, se resistió dos años y medio , “pero
descubrí que mi vida tenía sentido por Jesucristo”. Ha
realizado un postgrado de Comunicación Social en la
Pontificia de Salamanca y se da la circunstancia de que su
padre, Manuel López, es diácono permanente y director del
Secretariado Diocesano de Catequesis.
Manuel Gómez afirma que desde pequeño quiso ser sacerdote,
con diez años ya acudía a actividades del preseminario, al
igual que Iván Llovet y Juan Ramón Rouco, coincidiendo en la
sede de la institución la calle Compañía con el entonces
seminarista Ricardo Jiménez Merlo, actual rector del
Seminario, donde decidió ingresar cuando aprobó la
selectividad.
Juan Ramón Rouco indica que antes de la primera comunión,
cuando tenía ocho años, ya decía que quería ser cura. Tuvo
un tiempo de alejamiento pero cuando Ricardo Jiménez llegó
como párroco a la parroquia ceutí de Santa Teresa retomó esa
llamada, en la que ya habían influido antes los sacerdotes
José Bejar y David Gutiérrez, el actual delegado de
Patrimonio.
Los cuatro, que el viernes, en el despacho del obispo y en
su presencia realizaron el acto de profesión de fe y
juramento de fidelidad, lo único que piden es que se rece
por ellos “para que seamos buenos sacerdotes”. Las citada
ordenaciones son las primeras como rector para Ricardo
Jiménez (Cádiz, 1978), cargo para el que fue nombrado por el
obispo el pasado 31 de julio, tras desempeñar durante un año
el de formador del mismo. Ricardo Jiménez afirma que el
nuevo curso serán 12 los seminaristas, un número menor del
habitual, que oscila entre 18 y 20, y que incluso fueron 23
en 2009.
El rector destaca al respecto el interés de monseñor Zornoza
por la pastoral juvenil, base para la pastoral vocacional,
en la que se va a implicar desde a los nuevos sacerdotes a
las parroquias, pasando por los colegios religiosos, y añade
que el Seminario de San Bartolomé está abierto” a todo el
que quiera conocer y comprobar que es una comunidad viva y
alegre, donde predomina la relación de fraternidad ente los
seminaristas”.
Asimismo el rector recordó que el pasado mayo ya se celebró
una jornada de puertas abiertas en el Seminario Diocesana,
“para que no sea exclusivamente un edificio singular de la
ciudad, sino el centro de la vida diocesana, donde se forman
los nuevos sacerdotes para renovar nuestra Iglesia”.
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