El joven líder del PSOE ceutí se
viene mostrando como protagonista por partida doble. De un
lado, su inquietud vocacional por ejercer la labor de
oposición en la Asamblea de la manera más eficaz posible, no
sólo con críticas sino con la búqueda de soluciones a los
problemas de la ciudad, algo que parece que no sienta nada
bien en los miembros del Gobierno y, en concreto, en su
presidente que no dudó ayer en criticarlo una vez más, por
sus “encuentros” en Madrid con compañeros de partido en el
Congreso y en el Senado. Se olvida el PP que todos los
partidos lo hacen porque no sólo es exigible que suceda
cuando tienen labores de Gobierno sino cuando se está en la
oposición.
Los casos “destapados” por Carracao, como el de Urbaser y el
del proveedor más reciente, Kibesan, demuestra que José
Antonio Carracao sabe abordar situaciones sospechosas, como
también sabe conectar con altas instancias europeas, como es
el caso del vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín
Almunia, compañero de partido pero también destacado
eurodiputado.
Y en este contexto, resulta extraño, que el protagonismo de
José Antonio Carracao también lleve a algún medio de
comunicación a mostrar su fijación obsesiva contra él,
criticando cuanto hace, cuando es un principio del
periodismo, que no es lógico ejercer las críticas -salvo en
casos muy puntuales-, contra los partidos de la oposición,
ya que la acción de Gobierno la ejercen quienes están en el
poder y adoptan iniciativas que merecen valorase. Sin
embargo, los hay (medios) que ven a Carracao como si
estuviera gobernando y quienes lo hacen, muestran una
complacencia con el Ejecutivo tal, que parecen unos meros
serviles del poder, defendiendo, en ocasiones, lo
indefendible como abogados de causas perdidas.
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