La coalición Caballas tiene una honda preocupación por la
seguridad, algo elogiable, pese a las formas, siempre que se
persiga –como entendemos-, un buen fin para el conjunto de
la sociedad y de los intereses generales. Sin embargo, no
son pocas tampoco las ocasiones en las que sobredimensionan
sus comentarios, convirtiéndolos en exagerados, aunque
algunos no estén exentos de razón. En cambio, en otras
ocasiones minimizan los hechos, haciendo incluso ‘mutis por
el foro’, como con la redada que se hizo contra los
presuntos integrantes de la red yihadista, ante la que
tardaron demasiado en pronunciarse sobre lo que había sido
una noticia nacional de gran calado y con una notable
repercusión en materia de seguridad y en éxito de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que provocó
–no se olvide-, un nuevo enfrentamiento con el delegado del
Gobierno.
La opinión de caballas sobre el excesivo celo en materia de
seguridad del delegado del Gobierno durante la Feria,
tampoco parecía corresponderse con la continúa inquietud y
sensibilidad que Caballas muestra de manera habitual en
cuestiones de seguridad. Un ámbito en el que debemos ser
cautelosos y no alarmistas, actuar con mesura y rigor,
huyendo de conductas espectaculares.
La seguridad es algo que nos preocupa y nos debe preocupar a
todos, sin entrar en ambigüedades y siendo coherentes en
todo momento. El politizar la seguridad nunca es bueno, como
tampoco lo es personalizar las críticas, vertiéndolas contra
el delegado del Gobierno, mientras Aróstegui muestra un
acercamiento clamoroso con Juan Vivas (por algo le llaman
‘el vicepresidente del Gobierno’ en petit comité)
Por ello sería bueno que Caballas critique sin utilizar los
criterios en función de los intereses políticos. Y menos, en
cuestión de seguridad ciudadana.
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