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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 18 DE SEPTIEMBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

La mala suerte de Yolanda Bel
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Ubicado, honesto y honrado. Antes ubicado era situado; y de un político, de un señor, de una señora se decía que eran honrados cuando procedían rectamente, con hombría de bien, eran íntegros, etc. Ahora se los llaman honestos, lo que antes era decoroso, recatado, pudoroso.

Eufemismos. ¡Qué graciosos! Ahora quitan a un buen señor o a una buena señora, que lo estaba haciendo bien o mal, y, en vez de decir que lo han destituido, hablan de cambio de titular. La titular, como directora de Radio Nacional de España en Ceuta, Adela Julio ha sido quitada de su cargo. Así me lo han dicho a mediodía de un martes en el cual he salido a tomar unas copichuelas por los lugares de alterne.

En los lugares de alterne uno se suele enterar de todo cuanto acontece en esta ciudad. Ciudad en la cual estoy harto de decir que se suelen ganar enemigos transitando la calle en la misma medida que se ganan partidarios.

A los partidarios, eso sí, hay que atarlos en corto. Porque son capaces, en cualquier momento, de largar contra uno como si fueran enemigos acérrimos. Enemigos que pueden dejarte el cuerpo hecho una piltrafa, la moral por los suelos, y sometido a problemas de los que, aun siendo muy afortunado, te pueden hacer pasar de medio pensionista a pobre de solemnidad en un amén.

Hablando de pobres, a veces se alaba a los pobres por su economía. Pero recomendarles economía a los pobres resulta grotesco e insultante. Es como aconsejarle que coma menos a un hombre que se está muriendo de hambre (Oscar Wilde).

En tiempos así, es decir, en tiempos como los que corren, donde la corrupción imperante se ha convertido en tema de actualidad, a mí se me viene a la memoria lo que dijo Felipe González al respecto cuando los socialistas eran tachados de corruptos, con el fin de defenderse: “La Iglesia no se corrompe, hay algunos curas y obispos que se corrompen. Pues los partidos tampoco se corrompen”.

Desde que FG habló así, la gente comenzó a no tomarle en serio. Y ya se convirtió en un perdedor. A los perdedores se les queda la cara desencajada. Descolgada. Y hasta pasan un tiempo en el cual ni siquiera se preocupan por visitar al dentista para que les haga una limpieza de boca acorde con el sarro que se les ha ido acumulando con las mentiras.

Las mentiras pueden jugarle una mala pasada a Yolanda Bel: consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo. O sea, que manda tela marinera en el gobierno presidido por nuestro dilecto Juan Vivas (a propósito: me han dicho que a Vivas le sienta como un tiro el que yo lo nomine cual monterilla). Manda tanto, YB, como para haberse atrevido a cometer posibles irregularidades, de las cuales se le acusa en un medio local, con el fin de favorecer a una empresa.

Por algo similar, en su día, parece ser que José Antonio Rodríguez, consejero de Gobernación, hubo de darse el piro. Cuando, además, era la alegría de la huerta de un gobierno que festejaba diariamente sus logros. Eran los días en los que nuestro alcalde, a quien le molesta lo indecible que le dé tratamiento de monterilla, se sentía tan poderoso como para perseguir con saña a los no adulones. Y, claro, a partir de ese proceder, injusto a todas luces, la mala suerte, que es ausencia de buena suerte, lo tiene cercado. Y puede tener un final… ¡Uf!
 

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