La noticia de la detención en
Ceuta de Yassid Ahmed Laarbi, presunto cabecilla de una red
cercana a Al Qaeda para la captación y envío de ‘mártires’
hacía grupos terroristas, es una noticia muy puntual que se
suma a otras parecidas.
Con eso ya tenemos muchas cosas que decir, primero que el
Gobierno de este país (PP) no pierda el tiempo con Gibraltar
y efectúe más barridos. De algo tiene que servir Paco
Antonio González ¿no?
Segundo, que averiguar las ‘escuelas’ donde adoctrinan a
jóvenes futuros suicidas no puede resultar difícil si
tenemos en cuenta la pequeñez del territorio de la Ciudad
autónoma.
Por otro lado, ya es hora que nuestro rey abdique. Sus
‘lapsus’ desde la Jefatura del Estado ya entran en el libro
Guinnes de los récords.
Precisamente, en la ceremonia de apertura del año judicial
volvió a meter la pata al conceder la palabra al fiscal
general del Estado cuando ya había terminado su discurso.
Nuevo año judicial con los frentes abiertos de los casos
Noós, Gürtel, Bárcenas y los ERE’s, que seguirán copando los
medios de información, así como las protestas de los
funcionarios judiciales y la ausencia de tres asociaciones
de jueces… dejan un marco oneroso, máxime que quedaron más
de tres millones de asuntos pendientes.
Lo que mayor polémica levanta es la reforma del Código
Penal, sobre todo el punto de “la residencia pasiva o
convocar manifestaciones por Internet podrían suponer penas
de cárcel”, propio de una dictadura por el atentado a la
libertad de expresión y de reunión que emana.
Eso, lo del párrafo anterior, significa que se pretende
perseguir al ciudadano que protesta.
Un cambio de la Ley de Enjuiciami9ento Criminal que no me ha
gustado absolutamente nada es el que condena a la prensa por
informar sobre un sumario.
Otro cambio que acepto es el de la ley del Registro Civil,
sobre todo cuando queda en mano de registradores (los jueces
asistidos por secretarios ya no pintarán nada) y teniendo en
cuenta que el colectivo de registradores es minoritario y
están los hermanos de Rajoy y familiares del ministro de
Justicia y con tasas sobre bodas, divorcios, cambios de
nombre y censos.
Creo que regresamos a la época medieval y observando el acto
del día, veo las orejas de la Justicia.
Hablemos ahora de las pensiones.
Todo cuanto nos han contado todos los gobiernos hasta ahora
sobre las pensiones o era solo media verdad, o estaba
manipulado, o era mentira. Una detrás de otra.
Nuestro gasto en pensiones no se ha disparado. Continúa por
debajo del 11% del PIB.
Ahí sigue desde los años noventa, tres puntos por debajo de
la media de la UE.
Se han introducido dos factores de corrección:
desvinculación de las pensiones del IPC y ponderarlas con un
factor de sostenibilidad, por el que viva más cobrará menos.
Un pensionista no sabrá cuánto cobrará mañana y un
pensionista de mañana ni siquiera sabrá si cobrará.
La manipulación del Gobierno de los datos sobre las
pensiones me hace pensar si no tenemos un Gobierno que
proyecta mentiras tras mentiras por cuanto, para que se
cumplan sus previsiones, el país tiene que tener menos de 41
millones de habitantes, de esta manera se podría cumplir lo
que afirman sobre los pensionistas, que lleguen a cubrir un
tercio de la población.
Asegura el Gobierno que el gasto llegará al 14%.... ¡en
2050! Y aún así es siempre será inferior a lo que destinan
hoy Francia e Italia e igual al gasto alemán.
Estamos escribiendo de un negocio de 15.000 millones anuales
que llamamos pensiones pero que el Gobierno, la banca y las
aseguradoras llaman Capital.
En fin la vida sigue y yo también, pensando en abrir un plan
de pensiones privado.
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