Es lo que parece que nos envuelve
los últimos tiempos, precisamente cuando más problemas hay
en el país, cuando el paro sigue por los seis millones de
personas sin poder trabajar, y cuando, especialmente la
juventud no ve una salida clara para su situación.
Pues bien, con este panorama alrededor, toda la discusión
del país en prensa, en radio y en televisión está en el
dilema de si tiene que jugar de portero titular Iker
Casillas, o si es lo más normal que juegue otro.
Las opiniones están encontradas, las rivalidades están muy
encarnizadas, con lo que uno llega a pensar si no hemos
entrado en el camino de una nueva cruzada.
Particularmente, a lo largo de mis sesenta años muy largos,
he visto enfrentamientos sobre líderes futbolísticos que han
llegado a dividir a las aficiones.
Era yo un crío cuando en el Barcelona había un grupo de
seguidores acérrimos de Kubala, frente a los que se oponían
otros muchísimos seguidores de Luis Suárez. Aquello duró
varios años, pero mirándolo bien era un juego de niños
comparado con lo que se viene montando en los medios de
comunicación sobre si Casillas sí o Casillas no.
Esto, querámoslo o no, le está viniendo de perlas al
mismísimo Gobierno, por cuanto los miles de debates sobre
esta majadería, no son debates sobre los errores o las
situaciones en otros asuntos dentro de nuestro país.
¿Tanta fuerza tienen los medios de comunicación?. Depende
donde y cuando, cómo y de qué manera.
En aspectos de este tipo hay ciertos periodistas que parecen
llevar la voz cantante y a su lado, o frente a ellos, se van
alineando otros que quieren hacerse un sitio en la prensa,
aunque sea a costa de hablar por hablar.
El problema va creciendo. Se inició en el Madrid, donde el
guardameta titular ha empezado a ser Diego López, porque el
técnico actual, Carlo Ancelotti, así lo ha considerado
oportuno.
Después ha seguido en la Selección Nacional, donde el
responsable del combinado español, Vicente del Bosque, ha
creído que el mejor era Casillas y ha dejado en la grada a
Valdés y a Reina.
Las reacciones, especialmente por el bando culé, no se han
hecho esperar y ahora surge la idea de que Casillas es o
tiene que ser titular por decreto ley. Se está organizando
parda.
Llegados a esta situación nos tenemos que dar cuenta de qué
tipo de país tenemos, un país de auténtica pandereta, en el
que el 90% de los que opinan parecen doctores en fútbol y el
otro 10% catedráticos en la misma materia.
Hoy por hoy, aquí no importa saber hacer una raíz cuadrada,
ni tampoco parece importar mucho si el Ebro discurre hacia
el este o el Tajo hacia el sur. Eso no parece importar a
nadie, pero sí interesa si un jugador “x” es mejor que otro
“y”, a los que se santifica, aunque uno o el otro, si es que
no otros cuatro más, estén defraudando a Hacienda.
El campeonato liguero no ha hecho más que empezar, los
fichajes, el que los ha podido hacer, han sido de muchos
millones, las voces piadosas de la Iglesia, algún monseñor,
empiezan a escandalizarse por tanto gasto, pero silencian su
propia vida y su alojamiento en verdaderos palacios.
Todo eso no significa ni vale nada. Esto no interesa al
personal, porque para algo están las alineaciones del
viernes, sábado o domingo, en las que lo que importa es si
juega Casillas o si se vuelve a quedar en el banquillo.
Malo sería que cualquiera tenga que jugar por decreto, algo
que parece propugnar un amplio sector de la prensa.
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