Nos adentramos en otro curso escolar y no queremos dejar
pasar la oportunidad de recordar a la comunidad educativa en
general, y a los padres en particular, que la escuela debe
ser un apoyo a la educación que los padres desean para sus
hijos, como sensatamente recoge la legislación nacional e
internacional.
Es claro que la escuela se hace necesaria por la
imposibilidad de enseñar a los hijos todas las disciplinas.
Sin embargo, en determinados casos los colegios e institutos
vienen siendo centros que van más allá de enseñar Música,
Lenguaje o Historia. Pasan el límite de lo permitido y
proponen insistentemente unos valores muy particulares,
frecuentemente manchados con la ideología del gobierno de
turno, de algunos docentes que aprovechan para inculcar sus
ideas, o de organizaciones que, con la cortina de un nombre
o un lema bonito, enseñan a los alumnos cosas contrarias a
las convicciones paternas.
Aclarando lo expuesto, podemos citar a Amnistía
Internacional, que bajo ese nombre, promueve la cultura de
la muerte o las reprobables relaciones sexuales
homosexuales. Otros casos son los de Dance4Life o Apoyo
Positivo, que con la excusa de erradicar el SIDA terminan
repartiendo preservativos en las aulas. Igualmente, la
promiscuidad sexual temprana se ve apoyada en la escuela por
entidades varias.
En otro orden de cosas, el odio a los católicos también
aparece en la escena cuando algunos profesores, con pésimo
uso de su autoridad, critican a Caritas, se burlan del
sacerdocio o lanzan a los estudiantes, de manera enfermiza,
indirectas irónicas que tienen que ver con el funcionamiento
de la Iglesia.
Ante este panorama, animamos a los centros docentes a no
formar parte de esa ola adoctrinadora que enturbia la
enseñanza española. Animamos a los profesores a dejar a un
lado su ideología para centrarse en la impartición objetiva
de sus asignaturas. Y de no ser así, animamos a los padres a
llevar a cabo las correspondientes denuncias para las que
nuestra Asociación ofrece toda la ayuda necesaria.
Pedimos, en resumen, que los centros escolares no sean un
foco de adoctrinamiento anticatólico, donde los chicos, en
lugar de aprender Matemáticas o Filosofía, aprenden a
ponerse un condón, a defender el crimen del aborto como
derecho, a luchar para que los gais puedan adoptar niños o
que hay que mantenerse alejados de los curas porque son unos
pederastas.
Para terminar, y aprovechando la oportunidad, es nuestro
deseo que el curso transcurra con normalidad, aunque la
experiencia y la intuición nos señalan que algunos liberados
sindicales, con ánimo ideológico y propagandístico, se
encargarán nuevamente de manejar y engañar al alumnado y a
sus familias para sacarles de las aulas generando un
desorden nada bueno para el correcto desarrollo de los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
* Presidente ADVCE
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