Me encuentro totalmente en el
abismo de la desesperación, como consecuencia del fuerte
temporal interesado político, que azota en estos días por la
Bahía de Algeciras, con motivo del conflicto maloliente
entre Gibraltar y España, así como por las restantes
disputas existentes en el universo.
No pudiendo pasar por alto, como lo ha hecho las Naciones
Unidas hasta hace poco, sobre la tiranía genocida que está
llevando a cabo el régimen de Bashar al-Asad contra el
pueblo sirio, atentando ignominiosamente hasta contra los
más débiles de su misma sangre. Habiendo utilizado
presuntamente armas químicas y toda clase de artimañas y
tretas para aplastar, humillar y exterminar a las corrientes
políticas contrarias… a sus dictados.
Por ello, perdido en la sombra de los disparates habidos y
por haber en esta jungla denigrante donde me hayo sin
encontrarme. No puedo por menos, que expresar, una vez más,
mis temores sobre este poderoso reino depredador de alimañas
de diferentes pelajes con o sin pedigrí. Jaurías no
racionales, a pesar de que las leyes científicas y naturales
establezcan todo lo contrario.
Porque debo entender y entiendo, según mis principios
humanos y cívicos que, cualquier persona poseedora de
algunas luces y sentidos morales y éticos, no permitiría
salvajismo alguno entre seres humanos, como el que está
ejecutado sin temblarle el pulso al macho alfa de Siria.
Habiéndose encendido todas las alarmas en el planeta, como
consecuencia de la opresión apocalíptica contra seres
inocentes ajenos a intereses mezquinos.
Por lo tanto, tras los aullidos sonoros de Bashar al-Asad,
comenzó hace meses con mil galimatías las persecuciones.
Circundando a las presas con tácticas muy definidas en
operaciones perfectamente coordinadas de ataques y de
relevos, para ir minando la fortaleza del objetivo, acorde
con las prioridades bélicas, económicas o de cualquier otra
índole que se marcó.
Obligando a que comenzaran las danzas del baile oficial hace
unos días, cuando parte de la clase política americana le
dio luz verde a Obama, para que arbitrara castigar al
régimen sirio. Así que, ante la reunión prebélica que
mantienen en San Petersburgo el G20. Barack Obama se vio
obligado a retrasar su ofensiva bélica contra Siria, al
necesitar encontrar aliados para que le apoyen. Porque salvo
Francia, la inmensa mayoría de los mandatarios de los países
reunidos, desean resolver diplomáticamente el conflicto.
Espero y deseo, que el presidente americano, se haya pensado
muchísimas veces y más, las consecuencias de sus decisiones
bélicas antes de ordenar apretar el gatillo; porque lo de
Irak aún está presente, y la población mundial no soportaría
otra masacre como la que llevaron a cabo los impresentables
sinvergüenzas Bush, Blair y Aznar contra el pueblo hermano
iraquí. Con el agravante, además, de que en esta ocasión, la
guerra no tendría su núcleo exclusivamente en Siria, sino
que traspasaría fronteras haciendo arder otras zonas de la
tierra.
Por ello, como de lo que se debe tratar primordialmente, es
no derramar ni una gota más de sangre inocente en Siria.
Debe ponerse a disposición de un tribunal penal
internacional, con todas las garantías de las leyes a Bashar
al-Asad y a los de su régimen. Hecho que lamentablemente aún
no se ha llevado a cabo tampoco con Bush, Blair y Aznar. Y
por ahí prosiguen campando estas criaturas del bien y del
mal de la política, dando lecciones de moral... a pesar de
que demostraron ser unos inmorales malvados.
Consecuentemente, a las 11,40 horas de la mañana del
viernes, 6 de septiembre de 2013, cuando me encuentro
finalizando de escribir esta tribuna de opinión, para ser
remitida de inmediato al Pueblo de Ceuta, para ser publicada
el domingo en la columna semanal que me fue asignada. Espero
y deseo, que cuando usted, estimado lector, se encuentre
leyendo la misma. Los motores de los bombarderos y de los
buques de guerra americanos y de los aliados, aún no hayan
iniciado su rugir en el ataque contra Siria, porque “pagarán
justos por pecadores”. Porque los que necesitan activar
guerras para vender el armamento de sus industrias, hasta la
fecha, se han comportado en bastantes ocasiones, como
alimañas depredadoras contra la humanidad.
Y, además, el tirano Bashar al-Asad y toda su cúpula, ante
cualquier bombardeo, se pondrán a resguardo en los refugios
nucleares para no sufrir daño alguno. Porque los animales
más poderosos, saben situarse ‘detrás de la mata’ y hasta en
el centro de la capa terrestre para protegerse. Pero los
débiles al ser más frágiles al no poseer ni medios,
deambulan por los flancos más vulnerables, siendo claras
dianas para los lobos bélicos.
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