Los socialistas nunca tuvieron en
Ceuta medios afines para poder resaltar sus logros y darles
a sus yerros el tratamiento de pecados veniales. Cuando
ganaron las elecciones del 83 creyeron que todo el monte era
orégano y dejaron que la derecha siguiera mangoneando la
prensa escrita y hasta la hablada. Se olvidaron de cubrirse
las espaldas y así les fue.
De semejante asunto tuve oportunidad de conversar, más de
una vez, con el primer Delegado del Gobierno perteneciente a
la democracia: Manolo Peláez. Tipo estupendo, cuya
mayor metedura de pata fue dejarse asesorar por varios
vivalavirgen que vieron con la llegada de la democracia su
oportunidad de acceder a cargos que jamás habían soñado.
Aquellos irresponsables, fueron pocos pero gozaron de mucha
ascendencia sobre MP, se sentían muy cómodos con quienes
manejaban los medios de comunicación a su antojo y todos los
días decían impropios de los gobernantes socialistas y de
cuanto estos hicieran o dijeran. Eso sí, no renunciaban a
poner la mano para recibir la pasta correspondiente por
hache o por be.
Con la llegada de Pedro González a la Delegación del
Gobierno, aquel tarifeño, amigo de Alfonso Guerra,
hubo un periódico que trató de estar más cerca del PSOE,
pero duró nada y menos. Ya que la derecha aliada con
Francisco Fraiz, alcalde, que era más derechista que el
Generalísimo, decidieron cerrarlo en un amén. Mediante la
complacencia de un delegado del Gobierno que vivía, única y
exclusivamente, para atender los ruegos del Hermano Pepe.
Válganme los tres párrafos escritos para decirles que no
pocas veces le he manifestado a José Antonio Carracao,
concejal de la oposición y secretario general de los
socialistas de Ceuta, que no se haga la menor ilusión de
ganar unas elecciones, siempre y cuando sigan estando
huérfanos de propaganda en la prensa. El problema, además,
no radica en que el PSOE no obtenga una mayoría para
gobernar, de ningún modo; el problema consiste en que ni
siquiera va a poder aumentar el número de concejales. Por
más empeño que sus miembros pongan en la tarea.
La tarea que está llevando a cabo JAC, cual es fiscalizar al
gobierno presidido por Juan Vivas, debe considerarse
buena. Aun podría catalogarse de muy buena. Lo cual
evidencia que Carracao ha crecido como político en todos los
aspectos. Pero sus actuaciones apenas tienen la resonancia
debida. Por más que lleva un tiempo disfrutando de
atenciones. Que siguen siendo pocas para afrontar ese reto
de desbancar a la persona que parece que nació ya siendo
alcalde.
Carracao es joven. Le quedan 6 años, días arriba o abajo,
para cumplir los 40. Edad en la que aparecen las
frustraciones por no haber conseguido los logros propuestos.
Habrá quien diga que le queda toda una vida por delante para
no decaer en su empeño de mandar a Vivas a Logroño. Que es
el sitio, según dicen, donde le gustaría vivir cuando ya no
sea monterilla de la ciudad. Pero sin la ayuda de los medios
le va a resultar misión casi imposible al socialista. Más
claro agua…
Vaya, pues, el consejo, que siempre suele caer en saco roto:
procure Carracao no emperrarse en ser alcalde sin contar con
la ayuda de los medios derechistas. Lo cual tampoco le
asegura el éxito absoluto. Para muestra tenemos el botón de
Aróstegui: requeté desde la cuna y ha acabado
asesorando a Vivas.
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