En esos maginificos paseos
matutinos y tardíos por los rincones caballas, me voy
adentrando en la zona del Revellín y veo las instalaciones
para la Feria del Tapeo, la carpa mimetizada, los farolillos
con los colores de España y todo el mundo frotandose las
manos, para ir refrescando el gaznate e ir empinando el codo
hasta exprimir los vapores etílicos y fritangas.
He tenido compañeros de columna que siempre añoraban y
contaban en sus narrativas , unos tiempos de antaño y que
parecen que fueron mejores y no lo pongo en duda, pero
queridos paisanos ya tenemos cambiado hasta el calendario
festivo y laboral de la Ciudad, y nada más que hay que ver
los festivales de fin de curso de los colegios, así como los
equipos de futbol de infantiles para abajo o para arriba.
El tapeo es lo que se impone, es lo que se lleva, ya no
existen las comidas de empresa salvo para celebrar la
Navidad, las copas de vino español que sufren a golpe de
papeleta, y como me dicen los escoltas, ¡ Javier con lo que
tu has dado y que te cobren la entrada ! .
El tapeo era la vedette y el plato fuerte de cualquier
celebración, donde a dos carrillos se estrechaban las manos
masticando gambas y derramando rioja por las mangas de la
camisa, y hasta que no estuvieran los camareros barriendo el
suelo, no se iba nadie, a costa del gasto publico, dando
bandazos más que Ozil y Di Maria para centrar una pelota en
condiciones.
Ya no se puede poner de ejemplo, esos grandes eventos en el
Centro Hijos de Ceuta, La Hipica, la Cortijá o el Africa
Ceuti, donde venía Rocio Jurado y Rafael, y todo quisque
engominado y la pajarita de cuando Roger Moore se estrenaba
de James Bond.
El tapeo es el hambre disimulada que se quita todavía a todo
jubilado y pensionista, que piensa en cualquier evento o
celebración y no piensa , en el Acto y la Ofrenda, en el
Himno y la Oración, en las Condecoraciones y Encomiendas, y
si quien fue y no fue, para darle la puntilla de porqué no
había sido invitado.
Hay tapeos , cada cuatro años y hay convite de cervezas y
vinos con tapas, que mientras vayan degustando y dando
palmas y abrazos, otro año estaran en segunda fila, para mi
los mejores tapeos, los sabados sudando y escurrido de
empujones, con Javi Tellez en el Lusitano, bebiendo cerveza
hablando de futbol y de carnavales, mientras algunos con la
cabeza mas alta que un gastador en Dar Rifien, mirando el
televisor , como se las pelea Fernando Alonso con Vetel y
Buton.
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