Me dicen por la calle que llevo
mucho tiempo sin escribir de Juan Luis Aróstegui. Y
hasta me preguntan los motivos que tengo para no dedicarle
atención alguna desde hace ya muchos días. Y a mí semejante
interés por tal cuestión me pone en condiciones de contar lo
que me venga en ganas.
Por ejemplo: lo primero que se me ocurre decir es que
Aróstegui está muy visto. Tan visto que a veces resulta un
personaje muy apropiado para tomárselo a cachondeo. Y, dado
que a burla se lo toma la gente, a mí me da mucha pena
seguir dedicándole atención a un tipo que se ha convertido
en el valido de nuestro alcalde.
Ser el valido de nuestro alcalde, sin embargo, no es moco de
pavo. Por ello los hay que andan alarmados por el poder que
viene desempeñando el principal dirigente de Caballas en el
Gobierno local. Los alarmados son los miembros más
destacados del Partido Popular -de Ceuta- que no entienden
que Aróstegui se haya convertido en el favorito de Juan
Vivas.
Tan favorito como para que cada vez influya más sobre
nuestro alcalde. A quien, por lo que sé y de muy buena
tinta, le tiene comida la sesera. De manera que está
usurpando competencias y obligaciones normalmente
correspondientes al monterilla de la ciudad.
El monterilla de la ciudad ha encontrado en el secretario
general de CCOO el mejor aliado para cometer tropelías sin
que pueda achacársele a él parte de culpa alguna. Me
explico: un día, de cada semana, Aróstegui y Vivas se reúnen
en el despacho del segundo. Y acuerdan sambenitar a quien
haya elegido nuestro alcalde, con el fin de que todos nos
enteremos de sus vergüenzas.
Las vergüenzas del Delegado del Gobierno, por poner un
ejemplo, son las que más placer le produce a Juan Luis
Aróstegui. Tengo entendido que le agrada sobremanera recibir
instrucciones para poner a Pacoantonio de vuelta y media. Y
lo hace, sin duda alguna, convencido de que cuanto más se
altere éste más mérito le atribuye el hombre que lo tiene a
su vera como experto en intrigas contra sus propios
compañeros de partido y gobierno.
No ha mucho tiempo, el sindicalista llegó un día a su
despacho de CCOO y les dijo a sus hombres principales que
había llegado a un acuerdo con nuestro alcalde y que a
partir de ese momento todos sus movimientos iban a ir
dirigidos a ayudarle. Que Juan Vivas estaba por encima del
bien y del mal. Aunque ya procuraría él jugar al despiste
haciendo declaraciones que invitasen a pensar que eran
enemigos furibundos. Y, claro, dos de sus mejores
secundarios lo mandaron a tomar… baños de sol.
Poco tiempo después, un funcionario estuvo entre la espada y
la pared. O sea, que tenía todas las papeletas para perder
su empleo. Y nuestro alcalde, al parecer, lo dejó en las
manos de Aróstegui. Diciendo, además, que lo que él hiciera
bien hecho estaría. Y CCOO y UGT llegaron a un acuerdo.
Luego, por supuesto, nuestro alcalde se apuntó el tanto de
la buena resolución.
Juan Luis Aróstegui, conveniente es que se sepa, es
actualmente el político que más poder atesora en esta
ciudad. Y es así porque se ha ganado la confianza absoluta
de nuestro alcalde. Puesto que ser favorito de éste, le
permite, al dirigente principal de Caballas, verbigracia,
acusar a Mabel Deu de haber comido en Burgos con
empresarios de no sé qué. Con el ánimo de condenarla ante la
opinión pública. Mabel, Pacoantonio y otros consejeros
deberían poner ya el grito en el cielo.
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