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OPINIÓN - LUNES, 26 DE AGOSTO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

No pasé la prueba
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El sábado quise poner a prueba mi paciencia. Así que me senté ante el televisor para ver dos partidos de fútbol seguidos. Tan seguidos como que el descanso entre uno y otro apenas duró tres minutos. Ni que decir tiene que lo hice para convencerme de que mi capacidad de aguante es todavía suficiente como para afrontar otro reto mucho más difícil: asistir a los plenos municipales sin perder la compostura por mor de quedarme dormido más pronto que tarde.

El primer partido lo jugaron Español y Valencia. Y a fe que mantuve el tipo. En realidad, todo hay que decirlo, hube de echar mano de la voluntad para no doblegarme ante las cabezadas que suelen asediarme pasadas las diez de la noche. Cierto que también el entusiasmo exhibido por los ‘periquitos’ me ayudó mucho a mantener los ojos abiertos.

En un abrir y cerrar de ojos, precisamente, principiaron a llegarme las imágenes del Villarreal-Valladolid. Y lo primero que hice es pellizcarme las mejillas y ponerme por delante agua enlatada, a fin de tratar de combatir la soñera que, indudablemente, esperaba yo con la certeza de quien ha pasado ya por semejante trance.

Debo confesar, pues así fue, que a las doce de la noche yo estaba soñando con que se había acabado agosto y nuestro alcalde había comenzado ya a obrar de forma y manera que uno pudiera tener tema suficiente para darle vida a una columna que me obliga en verano a hacer malabares para poderla hilvanar.

Dejo a nuestro alcalde, que bastante tiene con lo que tiene y con lo que le puede venir como añadido por los muchos años que lleva partiendo el bacalao en la ciudad, y caigo en la cuenta de que hay que estar hecho de una pasta especial para poder ver 15 o 20 partidos de fútbol al día. Que son los que nos dicen que suelen ver dos expertos españoles en fútbol internacional: Julio Maldonado “Maldini” y Marcos López. Ambos, además, comentaristas de distintos medios y que hablan de fútbol como si lo hubieran inventado.

Los dos, es decir, Maldini y Marcos, chamullan del asunto con tal suficiencia que uno no entiende los motivos por los que no se han consagrado ya en banquillos de equipos de relumbrón. Maldini, la verdad sea dicha, me cae mejor que Marcos. Tal vez porque deja entrever una especie de timidez que sólo se escaquea cuando tiene como compañeros de retransmisión a Manu Carreño y Kiko Narváez.

El primero no se ha percatado aún de que la gracia es un don del cual él carece. Y si, además, narra casi siempre aferrado al fanatismo que le hace mentir para beneficiar a sus jugadores protegidos, propicia que muchos seamos ya los que daríamos todo lo que no poseemos con tal de que no nos amargue la vida cuando lo que buscamos es un rato de ocio futbolístico.

Del segundo, bien haría en expresarse como andaluz que es, de Jerez, dejando a un lado el deseo de mostrar una dicción castellana que no domeña. Y es que ya va siendo hora de que los andaluces no se avergüencen de su pronunciación. De lo que sí hay que hacerlo es de hablar con faltas de ortografías. Mas lo dicho es una cuestión que viene de muy atrás y a la cual no se le pone remedio nunca.

A lo que iba: si yo no consigo ver dos partidos seguidos de fútbol, cómo es posible que Maldini y Marcos López sean capaces de ver treinta cada día. No me extraña que ambas criaturas tengan los sentidos embotados. Y, quizá, todo lo que les cuelga.
 

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