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Un informe elaborado por el
Ministerio del Interior ha situado a Ceuta como la ciudad
española donde mayor ha sido el descenso de la criminalidad
en los seis primeros meses del año. Este descenso, situado
en un 13,8 por ciento ha venido propiciado principalmente
por la importante disminución en lo relativo a delitos de
tráfico de estupefacientes porque, en el lado opuesto, se
sitúan los robos con violencia y la delincuencia violenta
con un aumento del 35 y el 23,3 por ciento, respectivamente.
Pero en este informe de criminalidad no se incluye el número
de tortugas que han perecido en las costas ceutíes debido a
la “criminal” actuación de un Ejecutivo que pese a las
continuas apariciones de galápagos muertos todavía no ha
tomado cartas en el asunto. Al mismo tiempo que llegaban los
índices de criminalidad en la ciudad, los sindicatos
continúan denunciando presuntas irregularidades que se
siguen produciendo bajo el amparo de la Administración y CSI-F
vuelve a salir a la palestra para, no sólo pedir una
profunda investigación sobre una posible manipulación de un
informe de Riesgos Laborales elaborado por el director de la
Guardería de Juan Carlos I, sino también para advertir que
en el citado centro infantil se están produciendo otras
muchas irregularidades e insinuar que la consejera de
Educación, consciente de estos hechos, podría estar haciendo
mirando hacia otro lado. Y es que la Ciudad, pese a las
numerosas advertencias y denuncias al respecto, realizadas
por las centrales sindicales y partidos de la oposición, no
quiere cambiar su política de designar los puestos a dedo y
continúa generando situaciones que a la postre son “bombas
de relojería” que finalmente terminan por estallar. En esta
situación podría encuadrarse la designación a dedo del
actual director de la Guardería de Juan Carlos I así como la
otra polémica suscitada por la designación a dedo del
Mayordomo del Palacio Autonómico.
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OPINIÓN / EDITORIAL
