Los puntos negros o tramos de
concentración de accidentes (TCA) son tramos de la red de
carreteras en los cuales produce un gran número de
accidentes de tráfico cada año. La categoría de punto negro
la determinan las autoridades competentes (la DGT en el caso
de España), y tras los últimos sucesos ocurridos en la
N-352, el paso de peatones que une la barriada de Miramar
Bajo con la playa de la Almdraba podría ser catalogado como
un punto negro. Un estudio del Ministerio de Fomento refleja
que la N-352 soporta diariamente el tránsito de unos 15.000
vehículos y en los últimos veinte días se han producido, en
este tramo de poco más de tres kilómetros, varios accidentes
de diversa gravedad, como el ocurrido el 27 de julio, en el
que un vehículo no respetaba ninguna de las señales y normas
de tráfico y atropellaba, causándole la muerte, a la pequeña
Jennifer. Una semana más tarde un todo terreno a gran
velocidad se saltaba un control y se estrellaba cerca de
Juan XXIII y ayer, en el mismo paso de peatones donde a
Jennifer le arrebataban la vida, otro nuevo accidente.
La falta de respuesta y soluciones ante los continuos
accidentes que se están produciendo sumado a que cada vez
son más los conductores que no saben utilizar estas vías y
van a velocidad desproporcionada a pesar de que, en toda la
zona está limitado a 30 kilómetros por hora, lamentablemente
hace presagiar que accidentes como el que acabó con la vida
de Jennifer no será el último y tarde o temprano se tenga
que lamentar una nueva víctima. Pero ese caso la
responsabilidad no sólo debería recaer en el conductor que
provoque el accidente, las autoridades competentes en la
materia, esas que llevan más de veinte días ‘estudiando’
posibles soluciones para eliminar este ‘punto negro’,
tendrían que responder ante la desidia con la que se están
tomando esta circunstancia y la falta de respuestas dadas
para evitar que los accidentes se sigan produciendo en esta
zona de la N-352.
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