Un miembro del Servicio de Extinción de Incendios y
Salvamento (SEIS) explicaba en una carta al director algunas
“aclaraciones” en relación al último incendio de garaje en
Patio Páramo. En este sentido, este bombero explicaba que
cuando el SEIS va a un incendio en este tipo de
instalaciones “intenta salvaguardar bienes materiales, como
coches, motos, estructuras del edificio, etcétera”, pero la
“prioridad es salvar vidas”. En estos fuegos se produce “una
emanación de humo y gases tóxicos que van ascendiendo por
huecos de escaleras y de ascensor” y, si estos gases no
encuentran salida “en lo más alto del edificio, se van
acumulando e inundando peligrosamente la escalera y los
rellanos”.
Una salida a los gases
Este bombero advierte de que si a algún vecino se le ocurre
salir de su viviendda, se encontrará con un “humo negro y
espeso que dificultará la visión e irritará los ojos; se
tendrá sensación de asfixia y se sentirán mareos, debilidad,
náuseas; llegará un momento en que no se sepa ni dónde se
está”, e incluso se puede perder el conocimiento y “poco
después llegará la muerte”.
A nivel psicológico se siente “estrés, ansiedad, angustia y
hasta pánico”, y por ello insiste en la necesidad de que los
residentes afectados por un incendio de garaje se queden en
sus casas. “La principal autoridad en un incendio es el
mando de bomberos y él y sólo él es el que decide lo que se
debe hacer”, sentencia, para agregar, que por estos motivos
“nunca” se evacua en caso de fuego en garaje.
Los bomberos son los que se encargan de subir a la parte más
alta del edificio para abrir una salida a los gases tóxicos
que se acumulan, explica este funcionario del SEIS.
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