Jennifer nació el 3 de enero del 2006, mí relación con su
padre duró 6 meses, y en esos meses pasaron una serie de
situaciones muy difíciles que me obligaron a denunciarlo.
Desde ese momento con la ayuda de mis padres logramos sacar
a mi niña adelante. Su padre nunca se intereso por ella, ni
una visita, ni una llamada, ni un pequeño detalle cuando era
su cumpleaños, nunca se preocupaba si estaba enferma, si
necesitaba leche o pañales, o libros para la escuela. Tanta
era mi indignación que decidí denunciarlo por segunda vez.
Mi Jennifer no esperaba nada de esto, porque ella no lo
conocía, Jennifer solo tuvo un padre que es su abuelo, que
lo llamaba cariñosamente ‘papa’.
Jennifer era una niña muy solidaria, guardaba tapones de
plástico de las botellas para ayudar a los niños que lo
necesitaban. Hablaba y ayudaba a todas las persona por
igual.
Su perro ‘Pirri’ siempre estaba junto a ella, era un
compañero de juegos. Le gustaban las plantas y los animales,
por eso quería ser veterinaria.
Tenía un estilo muy ‘hippy’ vistiendo, ella elegía su ropa y
combinaba los colores, no siempre acertaba en la
combinación, pero ella era así.
Se bautizó en la iglesia de la Virgen del Carmen e incluso
algún día acudía a la Novena, éste año, el día 16 de julio
fue a ver a su Virgen del Carmen para que la bendijera.
Estaba muy contenta porque éste año iba a empezar segundo de
Primaria, era alumna del Colegio Vicente Aleixandre, tenía
muchas ganas que empezara el colegio para encontrarse con su
tutora y sus compañeros de clase, en especial con Jaime, con
quien compartía juegos y secretillos, También era muy amiga
de Alba, hermana de Jaime, siempre me contaba lo bien que se
lo había pasado en el cumpleaños de Alba.
Estaba muy contenta con el nacimiento de su prima, le dio
toda la ropa de cuando ella era pequeña, su primita para
ella era una muñeca a la que le preparaba el biberón y
continuamente le daba biberones de manzanilla, todas las
semanas le hacia un regalito. No quería que le faltase la
leche, ni los cereales.
Su color preferido era el verde, no le gustaba viajar, no
quería salir de Ceuta.
Sus dibujos animados preferidos eran los de ‘Peppa Pig’, le
gustaban mucho las Monsters, las manualidades, la
bisutería,….
Lo único que me da más fuerza es que en los 7 años de vida
de mi hija es saber que todo lo que necesitaba lo ha tenido.
Ha sido una niña muy feliz y querida por su familia y todos
que la apreciaban.
Ese fatídico día se preparaba muy contenta para ir a la
playa, se puso su bikini y se preparó su bocadillo de
aceite, iba muy contenta porque se iba a encontrar con su
amigo Adrián, hacía días que no lo veía , cuando cruzando el
paso de peatones apareció ese hombre conduciendo ese coche,
esa máquina tan inmensa frente al pequeño cuerpecito de mi
hija, me arrebato para siempre a mi hija, a mi vida, mi
reina.
Nunca por muchos años que viva se me olvidará esa imagen, si
ese hombre hubiese respetado las normas de seguridad mi hija
ahora estaría viva, es el culpable de su muerte.
Asesino, si había coches parados en el paso de peatones
tenias que haber parado detrás de ellos, ¿por qué no
esperaste unos segundos?, sólo el tiempo suficiente para que
mi hija estuviera viva. Adelantaste y me la mataste a la
velocidad a la que ibas y tras las maniobras que realizaste
para desprenderte del cuerpo de mi hija que había quedado
debajo del vehículo.
Jamás te perdonaré, que te perdoné Dios si quiere. Que la
justicia sea lo más dura contigo y te imponga una pena
ejemplar, la pena justa que tú te mereces.
Jennifer ahora estas en el cielo porque tu no tenías ningún
pecado, porque ni siquiera te han dejado tenerlos, eras una
niña, tenías toda una vida por delante.
Me gustaría agradecer a toda la Barriada de Miramar por todo
el apoyo incondicional que me han dado. Y a todos los que se
han unido.
Muchas gracias de todo corazón.
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