Además de la fluctuación de cifras, a lo largo de esta
última década, en la que se ha pasado de años con casi 400
inmigrantes detenidos a otros donde la cifra no alcanzaba
las cuarenta personas, también ha evolucionado la seguridad.
Lo ha hecho, por ejemplo, en tecnologías aplicadas a este
ámbito.
En el año 2004 se presentaba en Ceuta un aparato que
entonces los guardias civiles denominaban ‘detector de ondas
cardiovasculares’. Se trata de un aparato que detecta las
vibraciones que emiten los latidos del corazón y que supuso
una revolución, ya que aumentaba la precisión para detectar
si una persona estaba escondida en una atracción.
Desde entonces se ha utilizado este detector de latidos del
corazón, que el año pasado llegaba a Ceuta con importantes
novedades que hacían más fácil su uso.
Hasta el año 2011 era obligatorio instalar la maquinaria
entera para su óptima operatividad, pero el año pasado, con
las mejoras, era suficiente con instalar una de las cuatro
ventosas al camión para que el aparato detectase si algún
corazón latía dentro. “Sin el aparato hubiese sido muy
complicado localizar a estos tres inmigrantes”, apuntaba en
2012 un policía tras descubrir en el puerto a tres
inmigrantes escondidos en vehículos de feria.
También los medios humanos han mejorado. Desde el año 2010
colaboran en los controles en el Puerto los agentes de la
Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa
en las Fronteras Exteriores de la Unión Europea (FRONTEX).
Son agentes de policía procedentes de Portugal. No suelen
venir solos, sino acompañados de sus perros policía, como
Tico o Sasha, que ya son expertos en oler a inmigrantes
escondidos. El animal huele a la persona y el agente sigue
la pista. Este año también se espera la participación de
estos policías.
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