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OPINIÓN - LUNES, 29 DE JULIO DE 2013

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Displicencia, pasividad e incuria
 


Domingo Ramos
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Nunca, en mi larga trayectoria profesional, me he encontrado con un informe o dictamen que, con solo tres palabras, emitan una clara opinión o juicio formulada sobre algo concreto, como las pronunciadas por el ex-interventor general de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez ante la Magistrada instructora de los ERE que deja malparado, en este escabroso asunto, al presidente andaluz José Antonio Griñán. Y así vemos que, en sus declaraciones ante la jueza, la “displicencia” aplicada a Griñan la dice el interventor para hacer valer el desagrado o indiferencia en el trato y desaliento en la ejecución de una acción, por dudar de su bondad o desconfiar de su éxito. La “pasividad” del sujeto que recibe la acción del agente, sin cooperar con ella o dicho de una persona que deja obrar a los demás sin hacer por si cosa alguna y la “incuria”: poco cuidadoso, negligente.

El principio de los Expedientes de Regulación de Empleo (“caso ERE de Andalucía”, el ”fondo de reptiles” o el “ERE gate”, como así indistintamente se le viene llamando), comenzó en el año 2001 en que el gobierno de la Junta inició un procedimiento para respaldar económicamente a empresas con problemas que se veían obligadas a presentar estos expedientes para realizar prejubilaciones o despidos y a los trabajadores afectados por los ERE, habiéndose dotado hasta el año 2011, con 721 millones de euros y, para su finalización, debería estar ampliado hasta la cifra de 1.217 millones.

Todo ello deja en un lugar, si no delicado, si de difícil salida para José Antonio Griñan, gobernante andaluz al que, según también el interventor general, los informes que emitía lo alertaban de graves irregularidades, con grandes desajustes en los pagos de los ERES que ya en el 2005, superaron los 95 millones de euros. A través de este “fondo de reptiles”, presuntamente, se distribuyeron las prejubilaciones irregulares pagadas a personas que nunca habían trabajado en las empresas afectadas, subvenciones a empresas que nunca habían presentado un ERE e, incluso, a personas que nunca llegaron a crear ninguna empresa y comisiones muy por encima del valor de mercado de los intermediarios entre la Junta y los trabajadores de aseguradoras, consultoras, bufetes de abogados y sindicatos. En total se defraudaron, presuntamente, unos 136 millones de euros que es lo que viene a ser la asignación causa de la corrupción política que empezó en Mercasevilla en la que, como inicio, se detectaron prejubilaciones al parecer fraudulentas.

Ahora se nos anuncia la próxima dimisión del cargo, para el 27 de agosto del presente año, del Presidente de la Junta de Andalucía, aun cuando la acción de la justicia sigue su curso con la posible imputación del mismo, en unión de otros altos cargos que fueron de la Junta como Magdalena Álvarez ex-Ministra, ex-diputada del Parlamento Europeo y actualmente vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones. Hay, de momento, 60 imputados, entre ellos siete altos cargos de la Junta en esta trama de corrupción en el seno de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Ante ello ahora solicitan, contra quienes se dirige el proceso penal, que el caso de los ERE pase al Tribunal Superior de Justicia lo que evidencia que se está dando implícitamente por imputado a José Antonio Griñán y que no son, pues, exacerbadas las apreciaciones de displicencia, pasividad e incuria con que le calificó, a instancias de la Magistrada Mercedes Alaya, el Interventor General de dicho organismo.
 

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