LUNES 22.
El verano, para quien no sale de su ciudad o no gusta de
pasarse las horas muertas bajo el tórrido sol de una playa,
suele ser tiempo de lecturas, de reuniones en lugares
habituales con conocidos de su mismo proceder durante la
estación de los sudores, donde resulta primordial pegar la
hebra de cuanto ha acontecido y sobre todo de lo que nos
espera en cuanto septiembre dé la cara. Lo cual está a la
vuelta de la esquina. En este lunes, de niebla matinal, lo
que prima es charlar en los lugares de ocio acerca de que
Mariano Rajoy, al fin, ha decidido comparecer pronto en
el Congreso de los Diputados para hablar del ‘caso
Barcenas’. Y los hay que auguran ya que el presidente del
Gobierno hará una faena de aliño. Y que en cuanto entre al
trapo Rubalcaba le endilgará una media en el hoyo de
las agujas que hará innecesaria la intervención del
puntillero. Lo cual evidencia la desgracia actual de nuestra
política. Que ni Gobierno ni oposición gozan de credibilidad
alguna. Ya que la cuestión no radica en descubrir qué
partido se lo ha llevado calentito, sino cuál ha trincado
más. En vano, pues, podemos los ciudadanos confiar en que la
presencia de Rajoy en el Parlamento vaya a contribuir a
esclarecer nada. Por más que sea necesario, a todas luces,
que haga el paripé que le corresponde y al que se ha negado
de manera absurda, durante mucho tiempo.
Martes. 23
Hace ya mucho tiempo que a mí me dio por propalar que
nuestro alcalde tenía en Juan Luis Aróstegui el mejor
aliado. Que éste era el hombre de más confianza para Juan
Vivas. Y que ambos habían acordado que PP y la coalición
Caballas fueran los que partieran el bacalao la ciudad.
Muchas fueron las personas que no daban crédito a lo que yo
decía y muchas otras me tacharon de inventarme un pacto
porque sí. Pues bien, ahora, nunca es tarde si la dicha es
buena, José Antonio Carracao ha manifestado que el
PSOE rompe sus relaciones con Caballas, formación a la que
acusa de estar aliada con los populares. Semejante
entendimiento tiene su razón de ser. Sin duda alguna. Ya que
Aróstegui y Vivas no dan puntadas sin hilo. Pero nuestro
alcalde, tan listo él, no se ha percatado de que está
pisando arenas movedizas. Y puede que, cuando menos lo
espere, sea tachado de lo que muchos pensamos que se viene
ganando a pulso. Que no es nada bueno. La verdad sea dicha.
Miércoles. 24
Llevaba yo una eternidad sin ver dos partidos de fútbol
seguidos. Dos partidos en televisión, y además
correspondientes a la pretemporada. Para más INRI. Bayern-Barça
fue el primero. Y, en un momento determinado del encuentro,
me hice la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que el
entrenador del equipo alemán, que ha ganado Liga, Copa y
Champión, la temporada pasada, esté tratando de cambiar de
posiciones a varias de sus figuras a la par que acomete una
revolución táctica que aminora el ritmo trepidante de juego
que imponían los futbolistas cuando estaban a las órdenes de
Heynckes? Ah, técnica es el perfecto conocimiento de
cualquier oficio. No confundir con el manejo del balón en
espacios cortos, sin apenas avanzar. A Guardiola lo
tienen idolatrado. De Alemania me traslado a Francia sin
moverme de mi cómoda butaca de la salita de estar para
presenciar El Olympique-Madrid. Y me encuentro con una
desagradable sorpresa: Ancelotti está intentado plagiar al
Barcelona de Iniesta, Xavi, Busquet y compañía, con
jugadores muy distintos y que hacen del contragolpe virtud.
Hacer que Cristiano ocupe zonas interiores del campo,
esperando a que Isco sea la luz que le guíe en los
metros finales repletos de propios y extraños, me parece una
metedura de pata cantada. La estrella portuguesa, demostrado
lo tiene hasta la saciedad, necesita las bandas y grandes
espacios para rendir plenamente y que los contrarios apenas
tengan un momento de respiro. Ojalá me equivoque, pero mucho
me temo que el medio terreno del Madrid, zona vital, no será
nada mediante los arabescos de Isco por sistema. El
Madrid, teniendo a RC, comete desatino si no aprovecha su
velocidad por los lados. El buen hacer de Casemiro no me
sorprendió. Pues lo había visto jugar muchas veces con el
Madrid-Castilla. Buen jugador. Sin alharacas.
Jueves. 25
Hoy toca hablar, con enorme dolor, de la tragedia que se
está viviendo en Galicia y que nos ha metido a todos el
corazón en un puño. El descarrilamiento de un tren de alta
velocidad ha dejado un reguero de muertos y heridos en una
curva maldita, a la altura de Santiago. No conviene dar por
hecho solo el error humano. El error humano sí se produjo
hace 41 años en otro siniestro ocurrido entre los términos
de El Cuervo y Lebrija. Municipios sevillanos. Eran las
siete de la mañana: viernes 21 de julio de 1972. El ferrobús
que hacía el trayecto Cádiz-Sevilla con 200 pasajeros y
cuatro vagones, salió de la estación de El Cuervo (Sevilla),
a pesar de que las señales se lo prohibían, chocando con el
tren expreso Madrid-Cádiz, con 500 pasajeros, un convoy con
14 coches tirados por una máquina diesel. En El Puerto de
Santa María, donde me nacieron, la voz de alarma corrió
enseguida. Pues se tenía constancia de que varios vecinos
iban en el llamado, inmediatamente, “tren de la muerte”.
Entre ellos iban conocidos míos y un gran amigo: Antonio
Torres Santiago, acompañado de Mercedes, su
esposa. A las nueve de la mañana ya estaba yo en el lugar de
los hechos y terminé ayudando en un convento de Lebrija,
donde se iban depositando cadáveres, a quienes debía. Tras
lo ocurrido ayer, en Santiago, los recuerdos afloran.
Viernes. 26
Cada equis tiempo me agrada volver a leer las frases que
algunos políticos tenidos por lumbreras dijeron para poder
ganarse un sitio en el olimpo de los más grandes de su
especie. Y casi todas ellas reflejan el mal concepto que
ellos tenían de la forma de ejercer su actividad pública.
Para muestra he aquí algunas citas que lo atestiguan. “La
política es el arte de impedir que la gente se meta en lo
que sí le importa”. Gobernar no consiste en resolver
problemas, sino en hacer callar a quienes los plantean”. “La
mayoría de los políticos son analfabetos”. “Los poderes
públicos tienden a protegerse más a sí mismos que a la
sociedad, a la que deberían servir siempre”. “En política,
lo verdaderamente importante cabe en la punta de una
servilleta”. “Un político es un hombre al que no le gusta la
crítica, por instinto será fascistas”. “Creo que con el
tiempo mereceremos no tener gobierno”. ”El gobierno es
demasiado grande e importante para ser dejado a los
políticos”. Y así podría seguir escribiendo citas hasta
rellenar varios folios.
Sábado. 27
José Antonio Carracao, tras sus declaraciones por
cómo se le ha dado una salida indigna al ‘caso Urbaser’,
comienza a ser fustigado por quienes usan los medios
amparados en la máscara cobarde. Los mensajes de los
embozados son tan indecentes como para que la vergüenza les
hiciera sentir mal a todas horas. El secretario general de
los socialistas –de Ceuta- está en su derecho de fiscalizar
las acciones del Gobierno. A cuyo frente hay un alcalde que
lleva tantos años siéndolo como para que se haya creído que
ostenta el cargo por designación divina. Cuando se escribe
de alguien lo primero que hay que hacer es firmar lo
escrito. El ‘caso Urbaser’, por más que el Interventor haya
dado el visto bueno a la cosa, sigue apestando más que la
propia basura. La que, por cierto, siempre ha sido en Ceuta,
no tengo por qué referirme a lo sucedido en otros lugares,
motivo de escándalo. En este caso, todo arranca con un voto
de censura. Así que nadie del PP debería hacerse el
desentendido de un asunto que huele a guano. A mierda. Claro
que sí.
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