El Gobierno de la Ciudad ha
emprendido una verdadera cascada de decisiones polémicas que
están marcando lo que ellos acostumbran a denominar “hoja de
ruta”: Urbaser, reestructuración del sector público y
nombramientos de subdirectores generales. Todo este cúmulo
de errores y desatinos, han originado en unos casos,
pérdidas económicas elevadas en pagos extrajudiciales,
‘desajustes’ como en el caso de exceso de pagos a Urbaser,
‘recolocaciones’ de altos cargos para eludir sus ilegales
nombramientos según sentencias judiciales y, en definitiva,
un comportamiento nada ejemplarizante.
El Gobierno de Vivas no termina de aprender que la
ocultación no es un buen camino como quedó demostrado con la
deuda a proveedores, que llevó al Gobierno local a recurrir
al crédito ICO por más de 80 millones de euros al 5% de
interés durante los próximos diez años cuando aquí se había
asegurado claramente que habían ‘solo’ 32 millones de euros
impagados. Después, surgieron nuevas facturas y la falta de
consignación presupuestaria ha sido una tónica general como
práctica reiteradamente utilizada por el Gobierno de Juan
Vivas.
El caso Urbaser es la guinda de un pastel que huele. Todo el
proceso seguido, plagado de sospechas, judicializado, con
millones de “desfase” sin costo político para nadie, etc.
Este Gobierno, pase lo que pase, nunca asume
responsabilidades políticas. Aquí nunca pasa nada. Es la
reducción al absurdo más sobresaliente del descontrol
político. Estas prácticas, estas polémicas decisiones llevan
al precipicio.
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