EL PUEBLO ha visitado las nuevas instalaciones de Cruz
Blanca, el centro ‘Nuestra Señora de los Ángeles’, en el
Sardinero. El pasado martes se trasladaron a esta casa sus
38 usuarios. Un cambio que, tal como explican la directora
del centro, Patricia Salgado, y el hermano franciscano Luis
Miguel Martell, “mejora la calidad de vida” de los
residentes y aporta “comodiadades” a los trabajadores,
además de ser unas instalaciones “llenas de luz”. Ahora les
queda por delante un proceso de “adaptación”, y a partir de
septiembre tienen como meta conseguir el sello de calidad,
del que ya disponen el resto de casas de Cruz Blanca.
Han pasado casi cuatro años desde que comenzaran las obras
en el edificio del Sardinero que albergaría la residencia de
Cruz Blanca. Era diciembre de 2009 y aún tendrían que pasar,
además de por una reforma integral -dejaron sólo la fachada
y los cimientos-, por “numerosos trámites administrativos
necesarios parea garantizar unas condiciones óptimas de
funcionamiento”. En febrero de este año se concluyeron las
obras y durante estos meses han terminado de reunir todos
los permisos necesarios, además de dotar las instalaciones
con el mobiliario necesario. EL PUEBLO ha recorrido estas
nuevas instalaciones de Cruz Blanca, para cuya dotación se
ha aprovechado parte del material que la entidad religiosa
tenía en su centro del Príncipe, aunque gran parte ha sido
de nueva adquisición, según explican desde el centro su
directora, Patricia Salgado, y el hermano superior local
Luis Miguel Martell.
El pasado martes, los 38 usuarios de Cruz Blanca realizaron
el traslado a esta casa, de las que todos destacan que está
“llena de luz”. La directora agrega que con el traslado a la
csa ‘Nuestra Señora de los Ángeles’ “mejora la calidad de
vida” de los residentes, además de aportar “comodidades” a
trabajadores y voluntarios.
El proyecto desde el inicio de obra ha ido experimentando
cambios para adaptarse a la normativa. Cumple, por ello,
todas las necesidades que se le exigen a un centro de estas
características, desde accesibilidad hasta comunicaciones.
Existen llamadores conectados en todas las habitaciones y
cuartos de baños.
La arquitecta que ha diseñado la casa ha sido Ana Sales, y
la constructora, ‘Juvasa’. El proyecto ha ido pasando de
unos a otros. Comenzó con Aurelio Luque y continuó con Juan
Vela. Gracias al Imserso y a su entonces director, Fernando
Jimeno, se consiguió a través del Plan E la primera
financiación. A partir de 2010, el proyecto se incluyó en la
financiación a través del IRPF. En total, más de tres
millones y medio de euros, que abarcan obras y equipamiento.
De hecho, uno de los retrasos en el traslado se debió a que,
tal como explica el hermano, una de las empresas que tenían
“apalabrada y medio pagada” quebró.
Sello de calidad
“Lo importante es que ya estamos aquí y tanto los usuarios
como el personal y los religiosos estamos adaptándonos”,
añade. “Lo hemos recibido con muchísima alegría, las
expectativas eran máximas”, apunta la directora, que
recuerda que “ahora queda mucho trabajo por delante”. “Este
es el principio, queda adaptarnos, y a partir de septiembre
será una de nuestras máximas tener el sello de calidad, que
ya tienen el resto de casas de Cruz Blanca”, añade.
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