De nuevo, otra bomba nuclear más,
atracó recientemente en la otra orilla de las aguas de la
Bahía de Algeciras, concretamente en el Puerto de Gibraltar.
Pero no crea, estimado lector, que se trata de un submarino
nuclear cualquiera de la armada inglesa, sino el fatídico
HMS Tireless perteneciente a la clase Trafalgar, del que la
comarca guarda amargos y tristes recuerdos.
En mayo del año 2000 llegó el Tireless a la Roca, para ser
reparado de fugas radioactivas en su reactor nuclear. Y
durante el año que permaneció atracado en el Peñón, se
produjeron manifestaciones de todo tipo y multitudinarias
tanto en La Línea como en Algeciras contra la presencia del
submarino.
Pero el por entonces presidente del Gobierno estatal español
del Partido Popular, José María Aznar, su Gobierno y muchos
adláteres afines a esas siglas política de la gaviota,
dieron la espalada a la ciudadanía campogibraltareña, a
pesar del peligro existente para nuestra salud, por el riego
de que se produjera algún escape radiactivo. Con el
agravante, además, de que no pusieron presuntamente en
marcha, un plan de emergencia adecuado, ya que casi todo lo
que anunciaron fue una presunta pantomima y un cuento chino
mandarino.
Por ello, una vez finalizada la manifestación del 1º de Mayo
de 2001 celebrada en Algeciras, nueve personas: Silvina
Carratalá, Miguel Alberto Díaz, Manuel Triano, Luis Vilches,
Francisco Rojo, Cristóbal Bernal, Andrés Martín, Alfonso
Pecino pertenecientes a grupos políticos o sindicales…, así
como servidor, José Salguero Duarte, totalmente
independiente y libre de alforjas de pertenecer a sigla
política, sindical… alguna. Iniciamos una huelga de hambre
en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Algeciras, con la
intención de mantenerla hasta que se llevaran el Tireless de
aquí.
Dicha huelga traspasó fronteras, recibiendo numerosas
muestras de apoyo tanto individual como por colectivos
comarcales, autonómicos y nacionales. Visitándonos políticos
de diferentes formaciones como Perales, Carmen Romero…,
acompañándonos unas horas el Defensor del Pueblo Andaluz,
José Chamizo.
La situación en la comarca era insostenible y comenzó a
sonar que el submarino tras un año partiría pronto.
Llegándonos, por fin, a los huelguistas de hambre, la feliz
noticia el 4 de mayo, de que el submarino partiría el lunes
7 siguiente, por lo que votamos por unanimidad levantar
dicha huelga de hambre, recibiéndonos a las puertas del
Ayuntamiento numerosas personas. Saliendo publicado al día
siguiente 5 de mayo de 2001, en la portada del Diario Área,
decano de los periódicos del Campo de Gibraltar, el titular:
“Con la frente alta”. Y el domingo 6 en la página 8 de
Europa Sur, salió publicado también: “Adiós, por fin, a una
sinrazón”.
La presencia de submarinos nucleares en aguas de la Bahía de
Algeciras es continuada. Mientras las autoridades tanto
locales, autonómicas del PSOE y estatales del PP, se han
estado tirando los trapos sucios por dicha presencia de
submarinos nucleares, y también cuando alguna chimenea o
barco encalló o vertió productos petroquímicos a la mar o a
la atmósfera.
En un artículo que publiqué con fecha 22 de noviembre del
2000, del que consta parte del mismo en la página quince de
mi libro titulado ‘Desde la otra orilla’. Denuncié en su
momento, entre otras cosas, el temor que me rondaba. Al
pensar que los hijos de la Gran Bretaña, nos estaban
tanteando en aquella ocasión con la presencia Tireless en el
Peñón, para convertir a Gibraltar en un taller de reparación
de submarinos nucleares.
Y como el tiempo pone a cada uno en su sitio. Por entonces
ya me confirmaron dicho temor, porque el Puerto de Gibraltar
fue recalificado de categoría, permitiéndose que continuara
el Tireless y pudieran atracar y reparar más submarinos
nucleares.
Consecuentemente, los salvadores de España del Partido
Popular, y los de Andalucía pertenecientes al Partido
Socialista, mientras permanecía el Tireless en Gibraltar, se
la tragaron doblada al no mover los hilos democráticos
oportunos, para protestar diplomáticamente contra dicha
recalificación del Puerto de Gibraltar, haciendo frente a
los atentados continuados que sufrimos en este rincón
especial y estratégico, con más sombras que luces políticas,
sanitarias, económicas, laborales, sociales, culturales y
medioambientales, a pesar de ser esta zona nexo de unión de
los continentes europeo y africano.
Pero la presencia de submarinos nucleares no sólo es un
peligro constante en el arco de la bahía, sino también lo
tenemos con los buques cisternas, petroleros, refinería,
petroquímicas y con la logística de hidrocarburos
establecida por Vopak en Algeciras…
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