Viendo las declaraciones de
Esperanza Aguirre, Presidenta del Partido Popular de la
Comunidad de Madrid, ex-Ministra de Educación, ex-presidenta
del Senado, ex-presidenta de la Comunidad de Madrid y otros
cargos de libre designación desde que obtuvo al acceso en
1976, por oposición, al cuerpo de Técnicos de Información y
Turismo, o sea, persona a la que podemos considerar muy
preparada para el desarrollo de la política activa, no
podemos por menos que mostrar nuestra extrañeza ante las
susodichas declaraciones como consecuencia del “caso” Luis
Bárcenas que está salpicando, de una manera bien aprovechada
por toda la oposición, al gobierno a fin de tratar de
desbancar a Mariano Rajoy de la Jefatura del Estado y hasta
se proyecta llevar a cabo, principalmente por el PSOE, un
voto de censura en este sentido, para lo que, dicho sea de
paso, no disponen ni de candidato, ni de mayoría de votos en
el Congreso de los Diputados ni de programa al efecto.
”Este es el momento de limpiar en el Partido Popular lo que
pueda haber de sucio. No puede ser que nuestros militantes
sientan vergüenza por ser del Partido Popular. Si han habido
irregularidades el Partido tendría que reconocerlas y
explicarlas y no mirar hacia otro lado”. Todo ello, decimos
nosotros, sin alharacas ni llenando de palabras huecas,
aunque bien sonantes, al estilo del antiguo “Ramonet el de
las Mantas” (campeón de España de charlatanes) como suelen
llevar a cabo éstos políticos de pacotilla que inundan
nuestros Ayuntamientos y Autonomías y de los que 368 están
incursos en sospechas de corrupción, a saber: el PSOE
acumula 264 procedimientos abiertos, coalición Canaria 43,
Convergencia 30, Esquerra Republicana 5, Bloque Nacionalista
Gallego 3 y otros 3 miembros del Partido Nacionalista Vasco.
Total que todos estos mas los del partido Popular ahora
encabezados por Luis Bárcenas y una serie de desaprensivos
de otros partidos menores o locales, suman 730. Y la
oposición se permite, con estos antecedentes, aparte de
solicitar la dimisión del presidente del Gobierno, la
presentación de un voto de censura y boicotear la Ley de
Transparencia que propone el Partido Popular, precisamente
para evitar estos desmanes, una Ley que dará acceso a la
información pública y buen gobierno como pieza fundamental
en este objetivo de nuestra democracia, una nueva norma que
refuerce la responsabilidad de los gestores públicos en el
ejercicio de sus funciones y que haga que España deje de ser
uno de los países europeos sin Ley de Transparencia.
Pero aparte de estas consideraciones que introducimos en
nuestro comentario, lo que hoy nos ocupa son las
declaraciones de Esperanza Aguirre y la resonancia que las
mismas han tenido en el seno de Partido Popular, aun cuando
sus mas altos dirigentes le hayan restado importancia: “El
PP no puede esperar a que la Justicia o iniciativas como la
próxima Ley de Trasparencia citada resuelvan este embrollo
ya que los ciudadanos lo están metiendo en el mismo saco que
a los socialistas y comunistas de los ERES y a los de
Convergencia y Unión de las I.T.V.”. Habrá que dar una
respuesta a estas interrogantes y los principales dirigentes
del Partido, encabezados por Mariano Rajoy, deben ser los
encargados de desmontar la opinión creada y de recomponer el
precioso jarrón que recibieron, aun cuando nunca la
restauración pueda quedar sin rasgos ni secuelas de su
rotura, por muy fuerte que sea el super glue empleado. Según
lo dicho por la dirigente de la capital de España, y a la
vista de los acontecimientos que vienen sucediendo, no
tenemos por menos que preguntarnos: ¿está justificados los
temores de Esperanza Aguirre”?
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