José Antonio Carracao,
secretario general de los socialistas de Ceuta, desde que se
puso al frente de la denuncia por los pagos indebidos del
Gobierno local a Urbaser por camiones ya amortizados, viene
siendo el blanco de las iras de las autoridades locales.
A Carracao le han venido diciendo de todo. A pesar de que
los documentos contables que iba esgrimiendo resultaban de
una validez apabullante. Y lo que decía es que en las
cuentas había 12 millones de euros pagados de más a Urbaser.
El secretario general de los socialistas- de Ceuta- no se
arredró, en ningún momento, ante los ataques que recibía y
continuó propalando algo que le corresponde como diputado de
la oposición y que, por tanto, está legitimado a fiscalizar
cualquier actuación de los gobernantes. Por mucha mayoría
absoluta que éstos tengan. No en vano, y aunque sea a costa
de redoblar el tambor, los informes procedían de un
funcionario técnico contable. Informes que fueron publicados
por este periódico y por ello tampoco se libró de las
insidias de quienes deseaban a todo trance que el asunto no
trascendiera a la opinión pública.
Los pagos indebidos a Urbaser por camiones ya amortizados,
fueron aceptados a trámite, tras la denuncia hecha en los
juzgados por JAC, y una juez puso el tema en manos de la
Policía Nacional. Y ahora se encuentra bajo la investigación
de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF)
La cual se supone que está actuando acorde con sus medios y
con su modo de proceder.
A partir de ese momento, José Antonio Carracao se ha venido
mostrando como mandan los cánones de la corrección política
cuando un caso está sometido a las indagaciones de la
Policía. Y apenas ha dicho esta boca es mía. Aunque a él le
han venido zurrando de lo lindo tanto los unos como los
otros. Es decir, componentes del Gobierno y periodistas
afines a quienes mandan en la ciudad.
Cuando menos se esperaba, Luis Ragel, Letrado
Jurídico que asesora al Gobierno, sale diciendo que Urbaser
se ha enriquecido injustamente con pagos indebidos por valor
de 14 millones de euros. Y semejante declaración, avalada
como Dios manda, le ha dado al secretario general de los
socialistas la oportunidad de pedir que se abra una comisión
de investigación y que nuestro alcalde acuda al parlamento a
dar las explicaciones oportunas sobre lo que ha pasado y si
es necesario que comparezcan también todas las personas que
han participado en semejante irresponsabilidad.
Pues bien, nuestro alcalde, tal vez porque ha tocado techo o
porque se ha creído que está en el cargo por mediación
divina, ha salido a la palestra hablando del ‘caso Urbaser’
con un desdén impropio de quien es el primer responsable de
un asunto tan feo como maloliente. Y se ha referido a los
pagos indebidos como si éstos carecieran de la menor
importancia. Luego ha dicho que el PP no se negará a que
haya una comisión de investigación. Aunque asegura que ella
no deja de ser una pérdida de tiempo.
Y ha finalizado su actuación arremetiendo contra José
Antonio Carracao: acusándolo de ir a la búsqueda de
titulares y portadas. Eso sí, nuestro alcalde ha olvidado
que él se ha distinguido siempre, más que ninguna otra
autoridad, por querer acaparar las primeras. Amén de ser
perejil de todos los guisos. Y, desde luego, conviene
recordarle que archiconocido es lo mucho que le gusta ser el
niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
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