La situación en las administraciones publicas y
especialmente en el INGESA ha sido empeorando
progresivamente. El actual gobierno ha ido precarizando las
condiciones laborales con la excusa de la crisis, aumentos
de carga laboral, aumento del número de horas trabajadas,
reducción salarial, disminución de días libres etc.… se han
ido aplicando paulatinamente en los últimos 3 años. A estas
agresiones hay que sumar la creciente indefensión de los
trabajadores por diferentes motivos, por un marco
legislativo mucho más perjudicial, por la creación de tasas
judiciales, por la cada vez más frecuente condena en costas,
por la disminución en casi un 50% de los efectivos
sindicales.
Teniendo en cuenta este panorama creemos que lo mínimo
exigible a nuestros directivos (desde el director general
del INGESA hasta el gerente) es una actitud dialogante.
Desde que llega la nueva administración Madrid no ha
negociado absolutamente ningún tema con sus trabajadores. A
pesar de estar prevista su derogación con muchos meses de
antelación ni siquiera disponemos de algo tan básico como un
acuerdo de vacaciones y debemos usar una legislación
genérica para tal efecto. Si el otro día alertábamos sobre
la situación de la atención primaria hoy tenemos que
denunciar el agrietamiento del otro pilar de la atención
sanitaria. Por un lado la no cobertura de jubilaciones,
traslados, fallecimientos o comisiones se traducen en una
disminución real del numero de trabajadores, por otro lado
dejan sistemáticamente sin respuesta cuestiones que
solicitamos como es la información sobre la plantilla
orgánica, en CCOO llevamos meses esperando una respuesta a
este tema.
Es necesaria una apuesta clara por la unidad de psiquiatría,
no puede considerarse al personal de la unidad como un
comodín a usar por las otras unidades y además es importante
la consecución de recursos para una atención psiquiátrica
infantil idónea. Además Ceuta merece una atención
neurológica comparable al resto de la península, y esto
supone la creación sin demoras de un protocolo de atención
inmediata a los pacientes con ictus. Necesitamos disponer ya
del contrato de gestión, han pasado ya 7 meses del año en
curso y a este ritmo va camino de convertirse en una memoria
de resultados desvirtuando así todo el significado y
utilidad que tiene el contrato de gestión. No pueden exigir
a sus trabajadores el cumplimiento de objetivos cuando son
ustedes los primeros que no cumplen con sus obligaciones.
Han disminuido las contrataciones de verano, reconozcan al
menos que eso supone una sobrecarga adicional para sus
trabajadores. La vinculación con un neurocirujano a través
de un contrato externo no nos parece adecuada, toda
necesidad asistencial debe ser cubierta ampliando la
plantilla (como ocurre en Melilla).
Actualmente la ausencia de recursos económicos limita muchas
de las mejoras que serian necesarias sin embargo se puede
avanzar notablemente con medidas cuyo coste seria mínimo con
lo que esta excusa ya no seria valida. Si realmente les
interesa la mejora de las condiciones laborales de sus
trabajadores desde CCOO proponemos unas cuantas medidas cuyo
coste seria apenas residual pero que sin embargo tendrían
consecuencias directas sobre la mejora del ambiente laboral.
En determinados servicios administrativos se podrían usar
formulas horarias flexibles en época estival lo que podría
en parte compensar la enorme carga de trabajo y la falta de
personal crónica que padecen. No nos parece de recibo el
tratar a una parte de los trabajadores como “de segunda
categoría” y negarles el acceso al parking. Seria
fundamental que la empresa respete los turnos establecidos
de los trabajadores ya que actualmente los parchea sobre la
marcha y se cambian sin respetar los acuerdos firmados, como
si sus trabajadores no tuviesen vida más allá del trabajo.
No se tiene en cuenta el solapamiento de jornada que a
diario se produce en colectivos como los auxiliares o
enfermeros. Y que supone cientos de horas anuales de trabajo
efectivo que no se reconoce a los trabajadores. Hay muchos
trabajadores pendientes de la revisión de los niveles de
carrera, su retraso continuado no solo supone un
incumplimiento de los pactos firmados sino que además
desvirtúa, cuando no pervierte, el papel motivador de dicho
complemento. No nos parece razonable que las comisiones
deban firmar su renovación a periodos excesivamente cortos
que llegan a ser de 3 o 6 meses. Y por ultimo 3 temas que
nos parecen especialmente importantes por el malestar que
nos trasladan los trabajadores y cuya subsanación no
supondría coste económico alguno sino apenas poner voluntad
de su parte.
-El establecimiento de un sistema de normas que rigiesen la
movilidad interna de los trabajadores y que se hiciese de
forma periódica evitaría que toda estas decisiones sean
arbitrarias y haría el sistema mucho mas justo y
transparente. La reciente incorporación de los trabajadores
del antiguo hospital militar ha ocasionado muchas
situaciones en las que el personal se ha encontrado a
expensas de la decisión de los directivos sin tener unas
reglas claras a las que atenerse, situación que ha generado
mucho malestar e indefensión. Por esto nos parece que este
déficit en la organización del hospital que afecta a todo el
personal debe subsanarse de una vez de lo contrario
continuara acarreando problemas tanto a trabajadores como a
la propia dirección.
-El trabajo en las plantas de hospitalización no puede ser
de exposición permanente, en muchas ocasiones el estar de
enfermería de las plantas parece la barra de un bar.
Entendemos que la atención a paciente y familiares debe ser
directa y sin barreras pero esto debe compatibilizarse con
un ambiente en el que se respete la confidencialidad de la
información de los pacientes, en el que los profesionales
puedan hablar con intimidad de las situaciones clínicas que
se den y que además permita que labores que requieren
concentración como es la preparación de medicación pueda
hacerse sin interrupciones ni distracciones continuas. Es
necesario dotar a estos espacios de un lugar mínimamente
reservado.
-Por ultimo exigimos un respaldo claro e inmediato ante
cualquier situación de agresión física o verbal de
cualquiera de los trabajadores.
Creemos que son aspiraciones legítimas, que mejorarían
ostensiblemente las condiciones de trabajo y ante las que no
cabe la excusa del coste económico.
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