La Ciudad Autónoma de Ceuta, ha de
plantearse muy seriamente que, ante la ofensiva
parlamentaria de la oposición en el caso Urbaser, tras
conocerse el último informe jurídico publicado por este
periódico, no cabe que el Gobierno se cierre a cal y canto
porque los técnicos -a quienes tradicionalmente siempre se
les da una gran importancia en cuanto a sus informes-, han
destapado la Caja de Pandora poniendo al descubierto una
serie de cuestiones que se han querido disimular. Ahora es
el momento de abrir puertas y ventanas para airear cuanto de
confuso haya y ventilar comportamientos, actitudes,
conciencias y políticas, con la máxima transparencia por el
interés general.
No caben ya más engaños ni disimulos ni coartadas. Ha
llegado el momento, forzado por las circunstancias (informes
técnicos) que avalan decisiones negligentes y poco rigurosas
a la hora de fiscalizar el destino del dinero público. El
exceso de confianza, el descuido, la indiferencia o, algo
más, han dado lugar a una situación verdaderamente
bochornosa y con posibles responsabilidades penales,
incluso, además de políticas. Y a estos niveles se requiere
mucho cuajo para no afrontar con valentía, arrojo, decisión
y sinceridad, una situación que ya ha comenzado a llevarse a
la tumba política a alguno y que amenaza con seguir
sembrando de cadáveres el cementerio político de este
pueblo.
No era un objeto baladí cuanto se planteó en su día. Hubo
agoreros que se lanzaron sin paracaidas por un precipicio
que conducía al fracaso de los argumentos, las
justificaciones y las excusas. La verdad, los informes
técnicos, han desvanecido lo que era mentira. Y ahora,
quienes vociferaban con altanería descalificando, guardan
silencio. La verdad siempre resplandece.
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